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Ciudad de México.

El rubio entro a su habitación, las horas de vuelo además de toda la carga de estrés que tuvo durante el viaje lo habían dejado destrozado, un dolor de cabeza comenzaba a iniciar en sus sienes. Aflojó su corbata y quito su saco con la intención de recostarse un momento, no tenía más pendientes ese día, así que descansar era su prioridad al menos hasta que escucho la voz de su esposa en la habitación, interrumpiendo el silencio tan deseado que quería.

-"¿Que planeas?" Cuestiono la mujer con tono autoritario, estaba sentada en la esquina de la habitación en un sillón de descanso a un lado del balcón, la obscuridad del lugar la hacían ver imponente.

-"No se de qué hablas, pero déjame descansar" Respondió con fastidio el rubio, pero evidentemente Lauren no tenía intenciones de hacerle caso al Presidente. Se paró de su lugar caminando hasta estar más cerca del hombre, la Primera Dama lo veía de arriba abajo como si observarlo le pudiera dar respuesta a sus dudas.

-"Ryan a veces es muy estúpido e ingenuo, pero yo no... Así que dime qué tramas, dejarme a mi y a Ryan para irte a Europa no suena mucho a ti" Murmuró la mujer con una ceja en alto cruzándose de brazos.

Leonel soltó un suspiro de cansancio, estaba agotado y su esposa no hacía más que presionarlo -"Cogiste con tu amante, eso debería tenerte feliz pero en cambio vienes aquí a joderme" Respondió exaltado.

-"¿Que hiciste? Dímelo ahora antes de que pueda ser un problema" Exigió enojada, pero una sonrisa de satisfacción cruzo el rostro del rubio, al mismo tiempo que negaba con la cabeza.

-"No hice nada, las fotos con el Papa están por todo internet, es todo" Contesto comenzando a quitar su camisa, sabía que Lauren no se quedaría a verlo desnudo así que se dio la media vuelta terminando la conversación.

-"No hagas una estupidez Leonel Emilio" Pronunció la mujer antes de azotar la puerta, sabía que no podían confiar en el, Ryan seguía en México y quizá esa sería una buena forma de mantener a Leo en cintura, o eso esperaba.

Por su parte Leo se sentó en la cama con su corazón a tope, tenía miedo de la ojiverde, no podía negarlo pero ahora con su mejor amiga de vuelta se sentiría más apoyado sin duda.

***

Lauren camino por el largo pasillo de madera hasta las escaleras que daban al recibidor secundario, dos hombres cargaban lo que parecía ser una mesa de madera, cubierta aún por hule espuma y cartón. Se perdieron rumbo a otro de los pasillos que conectaban con otras habitaciones de huéspedes que realmente no se usaban. Y su ceño se frunció.

Bajo hacia el recibidor dónde Ally junto a una de la asistentes hablaban sobre la conferencia de prensa de ese día, en cuanto la vieron se callaron, lo que aumentaba la paranoia de Lauren.

-"¿Porque hay tanto movimiento en la casa?" Pregunto directamente a la pequeña rubia, quien se despidió de la otra joven y encaró a la Primera Dama a la Jefa de Asesores.

-"¿No te lo ha dicho Leonel?" Dijo la rubia respondiendo con otra pregunta que solo hizo enfadar más a la ojiverde, quien apretó la mandíbula.

-"Si te lo estoy preguntando es por algo" Se limito a decir queriendo controlarse, pero aún así apretando su puño, Allyson hizo una mueca.

-"Se está preparando una de las habitaciones para ser ocupada" Informo la rubia con una sonrisa gentil, es cierto que no le agradaba la otra mujer pero aún así no dejaba de ser la Primera Dama del país.

Lauren frunció el ceño en confusión.

-"¿Ocupada? ¿Por quién?" Cuestiono demandante señalando a la mujer con su dedo índice, pero Allyson Herrera no se dejó intimidar.

Imperio Y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora