10 años después.
Ciudad de México, México.
"...y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande" Termino Leonel Emilio su toma de protesta con voz potente y segura, para minutos después colocar la banda presidencial, símbolo que lo identificaba como el nuevo presidente del país. Una sonrisa llena de orgullo se dibujo en su rostro, dando así pie a su primer discurso oficial como presidente. Dónde hablo del compromiso con el pueblo mexicano y sus pretensiones en mejorar apoyos sociales y una mejor seguridad médica para todos. Palabras más, palabras menos dónde se prometen tantas cosas que poco se cumplen.
Los presentes aplaudieron para después dar por finalizada la Toma de posesión. Leonel Emilio junto a su equipo daría una comida en Los Encinos, la casa oficial del presidente, en la cual esa sería su primera noche allí. Generalmente se hacía un evento público y masivo dónde el Presidente festejaba junto a su pueblo con cantantes famosos del país. Pero con lo tenso que estaba la situación respecto a su elección como Presidente, Leonel Emilio había decidido brincarse esa tradición y solo celebrar junto algunos de sus invitados especiales extranjeros.
La comida de tres tiempos, protagonizada por platillos mexicanos con un toque gourmet había sido lo que habían ofrecido, el Presidente se mantuvo toda la noche junto a su Primera Dama, quien todo momento se mostró sonriente y orgullosa.
Eran la pareja presidencial más joven que había pisado la Casa Presidencial, Leonel Emilio era atractivo a sus treinta y cinco años cumplidos, parecía ser un joven político con ideas frescas, de buena cuna, que no necesitaba dinero para sobresalir, bastante carismático y una sonrisa de anuncio. El pueblo lo había amado en cuanto se lanzó por la presidencia sin el apoyo de un partido político, si no como candidato independiente; "No estoy solo, soy la cara del pueblo, la cara de México" Había sido su grito de batalla, respaldado por millones a lo largo y ancho del país. Lo cierto es que Leonel Emilio poco representaba a la mayoría de sus congéneres, el, un hombre rubio nacido en cuna de oro, lejos de la vida difícil de la mayoría de mexicanos, había conquistado a todos con su cara bonita y con su promesa de que todos eran iguales.
Y no menos importante, a su lado tenía una mujer hermosa, quien venía de la clase media trabajadora del país, y que a base de esfuerzos había llegado a estudiar en la mejores universidades del mundo, una mujer inteligente y preparada. Esa era Lauren Jiménez de Duarte, la gente detrás de la candidatura de Leonel se habían encargado que la historia de superación de Lauren estuviera en todos los rincones del país, y que su belleza exorbitante la vieran por todos lados, como un reflejo de motivación.
Eran la pareja perfecta, y el pueblo estaba encantado de que ellos fueran la cara de México en el mundo.
Los detractores del joven político hablaban de lo blandengue que era, y que la dominante de la relación era la Primera Dama, una mujer ambiciosa y sin escrupulos, relataban los más aventurados, y no se equivocaban, Leonel Emilio era manipulable y muy amasable según las exigencias, o al menos esa era la cara que le daba a Lauren.
Leonel Emilio y Lauren se encontraban platicando con el General Mauricio Palomo, el militar se ponía a toda disposición del Presidente, la ojiverde sabía que el hombre como muchos tantos estaba coludidio con el crimen organizado, lo había escuchado mencionar en anteriores ocasiones y sus compromisos con el país no eran más que palabrería barata. La conversación fue interrumpida por una mujer rubia bajita quien se acercó con discreción al oido de Leonel Emilio, Allyson Herrera era su nombre, Jefa de Asesores del Leonel Emilio, su mano derecha y persona de más confianza dentro de su círculo. A Allyson podría confiarle su vida y estaría tranquilo.
Y aunque la Primera Dama no fue requerida aún así camino a lado de su esposo, quien no dijo nada al igual que su asesora, tenían que tragarse la presencia de la mujer en esos y más ámbitos, pero había sido parte del trato.
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Imperio Y Poder
Fanfiction"Tienes dos opciones, y ninguna incluye a mi hija" "Serás la Primera Dama y la persona que realmente tiene las riendas del país junto conmigo" Dos frases con gran intervalo de tiempo de una y otra, pero que sin duda cambiaron su vida y destino.