Ciudad d México, México.
Leonel aflojaba el nudo de su corbata después de que el General Palomo saliera por la puerta de su despacho en los Encinos, Allyson su Jefa de Asesores y mano derecha suspiraba con lastima viendo lo abatido que lucía el rubio ante las noticias que le acababa de dar el hombre, quien en unos días sería nombrado como nuevo Secretario de Defensa del país, un hombre coludidio con el narcotráfico al frente de la seguridad de México. Sin duda eso le causaba náuseas a Leonel. Acaba de informarle que tres camiones de carga pesada llenos de mercancía perteneciente al cartel del Diablo acababan de cruzar la frontera con Guatemala y serían escoltados por militares hasta el norte del país.
-"Leo sabes que te apoyo en todo, pero has pensado que va a pasar cuando los demás carteles se enteren de tu apoyo descarado al Diablo, podríamos hablar de una guerra sin precedentes" Murmuró la rubia bajita, su preocupación era latente, Leonel Emilio la miro con tristeza sabiendo que tenía razón.
-"Lo se, lo sé nena, pero te juro que lo voy a resolver, confía en mí" Pidió el hombre acercándose a la mujer con la que tenía una relación desde hace más de un año, la cual era totalmente clandestina.
-"Confío en ti, pero no en esa mujer, y menos en ese delincuente" Sentenció Ally con desagrado hacia la pareja.
-"Yo tampoco confío en ellos, es por eso que necesito ir a Europa, específicamente aun no se a que lugar, pero es vital que mi esposa no vaya" Murmuró él hombre pensativo, era una idea que le rondaba la cabeza desde hace un tiempo.
-"No lo sé Leonel, me parece que no estamos para una visita oficial, no tan pronto al menos" Respondió la rubia con preocupación, pero Leonel estaba determinado a hacerle frente a Ryan y a Lauren.
-"Me vale madre Allyson. Invéntate algo, ¿no se supone que el gobierno mexicano tiene buena relación con la realeza española?" Dijo como sugerencia el Presidente alterandose. Pero la rubia nego, como si fuera tan fácil hablar a España y pedir una cita de un día para el otro.
-"No es tan fácil Leonel, todavía pudiera armar algo al Vaticano pero aún así..." Pronunció la rubia como solución, y al hombre le brillaron los ojos.
-"Exacto!! Eso...arma un viaje de visita al Papa, en un país católico como México solo los detractores pondrán grito en el cielo." Comento el hombre abrazándola levemente con una sonrisa.
-"No estoy tan segura." Mencionó la mujer no tan convencida con los planes de Leonel, y menos tan rápidos.
-"Por supuesto que sí, de el Vaticano a donde sea que este la persona que buscamos es un camino corto. Solo necesito que contactes con la periodista Fernanda Álvarez, ella sabe la dirección exacta que busco" Anuncio el hombre caminando hacia su escritorio. Allyson a veces fungía más como su asistente personal que como su Jefa de Asesores, pero era la única en quien confiaba.
Ally Herrera no tuvo más opción que buscar a la mujer que ahora conducía un popular programa de espectáculos en una importante televisora.
***
Lauren viajaba en aquella Suburban negra totalmente blindada junto a un convoy digno de una Primera Dama, sabía que incluso había helicópteros vigilando la zona, y todo por su protección. Saber que después de Leonel era la persona más cuidada del país le hacían crecer su ego, quien iba a decir que una joven de clase media terminaría viviendo en la casa presidencial de México. Ese no era su objetivo desde un principio pero no se podía quejar, tenía el poder y dinero.
Bajo de aquella camioneta escoltada por varios elementos de seguridad, aquella era un residencia abandonada en la exclusiva colonia Condesa, después de que sus guardaespaldas se asegurarán de que el interior estaba despejado, entro junto a su asistente personal Facundo Salas, el joven afeminado y de toda su confianza había sido puesto a sus órdenes por Ryan Romero para que cuidara todos los intereses de la ojiverde dentro de Los Encinos.
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Imperio Y Poder
Fanfiction"Tienes dos opciones, y ninguna incluye a mi hija" "Serás la Primera Dama y la persona que realmente tiene las riendas del país junto conmigo" Dos frases con gran intervalo de tiempo de una y otra, pero que sin duda cambiaron su vida y destino.