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Camila leía el expediente que le acababa de entregar el comandante de la Armada de Defensa, la nueva policía nacional que Leonel había implementado en su gobierno.

El teniente Roldán estaba a punto de explicarle de que se trataba cuándo el sonido del conmutador interrumpió al hombre, Camila se disculpo con una leve sonrisa para después escuchar a la mujer hablar tras la línea. -"La señora Jiménez de Duarte quiere verla" Dijo la mujer al otro lado de la línea, Camila hizo una mueca aún era extraño escuchar su apellido de casada, incluso le parecía algo anticuado.

Aún así se disculpo con el comandante y pidió que dejarán pasar a la mujer a su nueva oficina ubicada en Palacio Nacional.

La entrada triunfal de la mujer se dió minutos después, la castaña desvío la mirada cuando la observó con una mirada felina y esa sonrisa de victoria, fingió leer algo en su portátil, de reojo vio como la Primera Dama se sentaba frente a su escritorio con un movimiento sutil y elegante.

Lauren por su parte observó atentamente la espaciosa oficina que Leonel había asignado para la Ministra de Seguridad y Protección Ciudadana. Tenía unas tremendas ganas de verla desde hace algunas noches dónde se habían besado, y hoy por fin pudo tener una excusa aceptable para visitar la sede del gobierno de su marido.

-"¿Cómo estás?" Dijo a modo de saludo la mujer ojiverde, por fin captando la atención de la castaña, quien suspiro largamente antes de responder.

-"Ni siquiera yo lo sé" Respondió simplemente Camila. -"¿Y tu?" Cuestiono ahora la ojimarron realmente interesada, desde ese día que Lauren la visito en su habitación de hotel, no habían intercambiado gran cosa después de los besos que compartieron y simplemente se despidieron con una sonrisa.

-"No puedo dejar de pensarte, de añorarte... Pero me siento más llena de vida que nunca" Contesto lo más sincera que pudo la mujer, con una sonrisa que iluminaba todo el lugar, además de un gesto esperanzador que hizo temblar a Camila.

-"Lau, no podemos olvidarnos que eres una mujer casada y yo..." Intento hablar con cautela la castaña, no quería alentar algo que quizá podía ser peligroso, la sonrisa de Lauren inmediatamente se borró.

-"Comprometida, creme que no lo olvido" Termino por ella con fastidio. -"En cuánto a Leonel no hay nada, más que un simple papel" Aclaro la mujer, bueno también estaba Ryan. A quien no había visto desde su discusión. Aun así trato de ignorar ese pequeño sentimiento de remordimiento que le afloraba cuando estaba cerca de Camila.

Camila tomo los documentos que estaban en su escritorio y aclaro su garganta. -"Tengo mucho trabajo, si quieres hablamos después" Dijo la ojimarron señalando hacia la puerta sin ningún tipo de discreción.

Lauren levanto una ceja incrédula, e incluso rio levemente ante la forma en que Camila la hecho de su oficina, pero ella no estaba dispuesta a irse, menos cuando se poso en la foto tras la castaña, en la que Alina y Servando estaban sonrientes y abrazando a una joven Camila.

-"Nunca te has preguntado que hubiera pasado si no nos hubiese separado tu mamá" Comento Lauren de la nada, sorprendiendo a la ojimarron, nunca habían tocado el tema desde que se habían reencontrado y no pensaba que hablarían tan rápido sobre eso.

Aún así Camila suspiró y supo que sería lo más honesta posible. -"Más de lo que debería" Murmuró la ojimarron con una sonrisa triste que sin duda tocó los nervios de la ojiverde.

El corazón de Lauren se apretó al notar la pena que embargo a Camila en ese momento, así como a ella tantas veces la tuvo al añorar su pasado.

-"Te he imaginado tantas veces de mamá a mi lado Camila, que si se hiciera realidad todas esas veces, ya tendrías como diez hijos" Dijo a modo de broma la Primera Dama, aunque su voz se cortó al final de la última frase.

Imperio Y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora