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Monterrey, N.L.

Años Antes.

La fiesta parecía bastante divertida, o al menos eso era lo que pensaba al ver a los universitarios bailar las canciones de moda como si no hubiera mañana y bebiendo sin ningún tipo de control, tal vez era demasiado aburrida para disfrutar encerio el lugar. Lo cierto es que extrañaba su casa, a su familia, incluso a su mejor amiga pero está era la oportunidad de su vida. Y no se refería a la fiesta, si no estudiar en la mejor universidad del país, sin duda la Universidad Intercontinental de Monterrey era la escuela de estudios superiores más cara del país y quizá de América Latina, dónde solo iban los hijos de los empresarios y políticos más poderosos de México, por lo mismo cuando le llegó la beca al noventa por ciento, ella una chica de clase media, no pudo negarse.

Y aunque sus padres estuvieron renuentes a dejarla ir, después de mucha insistencia y quizá enojos, tomo su maleta y viajo de su natal Querétaro hacia la ciudad de las montañas.

Ver los autos de lujo en los que iban y venían sus compañeros, aunados a sus ropas de marca que siempre vestían, lejos de hacerla sentir inferior, le hacían replantearse que quería y hasta donde quería llegar, y sobre todo lograrlo por méritos propios.

Resoplo cuando se dió cuenta que aunque quisiera irse, tendría que esperar a su amiga, quien le había invitado a aquella fiesta a las afueras de el área Metropolitana de la ciudad, solicitar un taxi estaba fuera de su alcance, tendría que usar gran parte del presupuesto de su semana para llegar a su dormitorio, así que solo le quedaba esperar en aquella casona de estilo colonial a su amiga y compañera de carrera.

Normani era su nombre, y estudiaba derecho al igual que ella, aunque muy probablemente se cambiaría de carrera ya que la abogacía no parecía ser lo suyo, era hija del cónsul estadounidense en Monterrey, así que a diferencia de ella era una chica con dinero y poder pero bastante humilde y amable, se habían conocido desde primer año cuando la mulata tenía dificultades para un ensayo un tema de la clase y desde entonces se habían vuelto inseparables.

A pesar de la diferencia social que existía entre ella. No había hecho grandes amistades en todo su primer año de la carrera más que a la misma Normani Hamill y un par de conocidos a los que debes en cuando los ayudaba con tareas y proyectos para así solventar parte de sus gastos.

Al parecer estaba tan inmiscuída en sus pensamientos que no noto la presencia de alguien a su lado hasta que hablo.

-"Al parecer no soy la única que no encaja acá" Dijo una desconocido voz, que interrumpió sus pensamientos. -"Lo siento, no quise asustarte, es que te vez un tanto incómoda" Volvió a decir la joven con media sonrisa, metiendo sus manos al bolsillo de su chaqueta de mezclilla. Podía admitirse que era hermosa y sorpresivamente le estaba hablando.

-"No, está bien, en realidad no me encantan las fiestas pero mi amiga me arrastró hasta aquí" Murmuró la ojiverde amable y tratando de ser amigable, en realidad siempre se ponía nerviosa cuando se trataba de conocer a alguien nuevo más cuando la mayoría de los jóvenes de su edad con los que coincidía eran superficiales y vivían en una burbuja de privilegios.

Una pequeña risa y un gesto de comprensión cruzo la cara de la desconocida. -"Entiendo también estoy aquí por mi amigo, vino de visita desde Inglaterra e insistió en venir a recordar cómo se divierten los jóvenes mexicanos" Murmuró simpática provocando una sonrisa en la joven de piel pálida. -"Si te soy sincera preferiría estar en mi casa viendo alguna película" Confesó divertida causando una risa en la joven.

-"Me llamo Lauren, y soy foránea" Se presentó la ojiverde extendiendo la mano la castaña frente a ella, quien la tomo dándole un ligero apretón.

Imperio Y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora