Completo.

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Yo sé que no lo eres, no eres lo que quiero. Pero desearía que lo fueras.

Yo quiero el paquete completo, lo sabes, y tal vez nunca lo tenga contigo, pero me hubiera encantado que así fuera.

Y es que yo quiero esos detalles lindos, esos mensajes con pensamientos tontos que pasan por tu mente y que hacen reír. Toda tontería me hace sonreír y, a esta altura, tu ya deberías de saberlo perfecto.

Quiero las cursilerías, que me mandes poemas, esos que son tan dulces que enferman. Quiero que me mandes rosas en momentos especiales o solo porque te acordaste de mi, que bailes conmigo a la luz de la luna, de las velas, en la oscuridad, como sea. Que acaricies mi cabello mientras duermo o que me abraces y me digas que me amas cuando me ves.

Quiero la adrenalina, que seamos aventureros juntos, que el placer jamás se nos acabe y que tengamos miles de anécdotas divertidas o peligrosas para contar y que, al recordarlo, la sensación de hacerlo vuelva a nosotros.

Quiero lo divertido, que hagas el ridículo conmigo y no te de pena, que si grito tonterías en público me sigas la corriente y seas quien me invite a hacer locuras todo el rato.

Quiero esas peleas, las que nos tienen a ambos gritando y despotricando hasta que la garganta nos duela, nos lloren los ojos y terminemos abrazados en el piso después de desahogarnos porque nos amamos, realmente lo hacemos.

Quiero pasión, que sea imposible vernos de maneras provocativas y que no terminemos juntos y cansados, jadeantes enredados en las sábanas mientras disfrutamos del descanso merecido tras la acción.

Cariño, yo quiero todas esas cosas, quiero lo dulce, lo agrio, lo amargo y lo salado, quiero que nuestra vida juntos nunca sea una rutina.

Quiero que seamos capaces de planear un viaje a las dos de la mañana y salgamos felices y enérgicos a cumplir con nuestro plan.

Quiero la velocidad de una motocicleta, pero quiero la tranquilidad e intimidad de un automóvil.

Quiero que cantemos a todo pulmón los versos que más nos gusten, y reír porque somos pésimos en ello pero aún así nos divertimos tanto que somos felices haciéndolo.

Quiero usar la ropa que quiera y, si me veo ridícula, que nos veamos ridículos juntos. Aunque no te guste lo que use, si me ves feliz, aceptame, porque yo te aceptaré de la manera en que tú seas, sin importar nada más que nuestro amor.

Quiero intimidad, que podamos ser sinceros uno con el otro y podamos hablar de lo que sea, que confiemos el uno en el otro.

Quiero amistad, que ambos seamos como una amistad larga en la que también hay amor y en la que ambos nos aconsejamos porque, venga, somos uno mismo.

Pero también quiero que seamos independientes, que puedas vivir sin mi y yo sin ti, aún así, quiero que, si me extrañas, me lo digas.

Jamás te guardes lo que sientes por mi, porque yo no quiero guardarme lo que siento por ti. Yo soy quien lo va a gritar a los cuatro vientos y quiero que tú respondas.

Quiero que, si un día de estos te digo que te amo, lo entiendas y me correspondas, porque cuando amo lo hago bien.

Y si no me amas igual, vete, no te quedes a querer amarme de una manera distinta, porque lo único que no quiero es falsedad, y si no es recíproco, ¿Que es lo que es?

Cartas Que Nunca Entregué.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora