He estado soñando con sus ojos, y sus ojos son de un color marrón embriagante, podría jurar que tienen el mismo efecto en mi que una botella de whisky.
He estado soñando con sus manos, y sus manos se ven tan suaves que podría jurar que ningún toque se sentiría igual de celestial que el suyo en mi piel.
He estado soñando con sus labios, y sus labios no los he sentido nunca, pero puedo apostar que se sienten tan bien como la brisa de la lluvia en el rostro, suave y emocionante.
He estado soñando con su sonrisa, y su sonrisa me hace querer sonreír también, tal vez porque la provoco yo con mis chistes o simplemente porque me gusta su risa.
He estado soñando tanto con él que ahora hago poemas en lugar de cartas, o al menos creo que se asemeja a un poema, es difícil saberlo cuando toda mi vida he escrito de manera desordenada. Al parecer lo que me provoca me hace querer escribir con calma.
Aún así aquí estoy, escribiendo otra vez, pero ahora con su nombre en mi mente, con la idea de sus besos rondando mis pensamientos y la necesidad de pensar en él aunque no tenga sentido.
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Cartas Que Nunca Entregué.
Short StorySiempre que siento demasiado o amo a alguien con demasiada fuerza, cuando algo duele de más, o me hace feliz para variar, siempre le escribo una carta.