A veces pienso que lo que hemos pasado es una ilusión, me gustaría que así fuera, porque así los sentimientos que me provocas no serían reales y yo no tendría que lidiar con lo que siento.
Te quiero, si, de una manera egoísta y dolorosa, te quiero para mí, que estés conmigo, que no pienses en nada más que en mí y que me extrañes todo el tiempo.
Quiero gritarte que amo como sonríes, o lo tonto que te ves haciendo chistes pero que aun así escucharte reír y cantar es algo que no cambiaría por nada.
En otra vida lucharía por ti, rogaría por tu amor y haría lo que fuera por tenerte a mi lado, pero ya no soy esa niña que se humillaba con tal de tener a su lado a quien creía que valía la pena. No voy a mentirte, vales la pena, pero no puedo dejarme pisotear cuando sé que esos esfuerzos son en vano, en cualquier caso.
Me paso la vida de dolor en dolor, y tu eras esa pequeña luz que, de vez en cuando, me hacía feliz y me hacía sentir importante, valiosa. Tú sabes que no voy a insistir, me conoces, sabes que de mi parte no obtendrás palabras de cariño y mucho menos voy a rogarte que me quieras, ya no hare eso por nadie que no lo haría por mí.
Decías que te encantaba, que por mi harías cualquier cosa, pero ahora has dejado un desastre en mí que tardare eternidades completas en arreglar. Sé que me miras cuando sonrío y recorres mi cuerpo con la mirada, pero jamás ha sido por cariño, eso siempre ha sido deseo y yo no siento solo eso por ti.
Hay veces en las que desearía nunca haberte conocido, pero es parte de la vida aprender a empujones y a veces romperse el corazón es una señal de fuerza, de que puedes sobrevivir a eso y conseguir felicidad, tal vez algún día.
Soy terrible diciendo lo que siento y por eso las palabras me nacen en papel, pero, sé que también lo sabes, jamás voy a dejar que leas esto y tampoco todo lo que he escrito sobre ti, son cosas que me hacen recuperarme del dolor que tu desinterés provoca y, no me sentiría cómoda estando al descubierto.
Es una tontería, tal vez, que no quiero que veas esta parte desnuda de mi alma cuando has visto cada centímetro de mi desnudes física. Es más fácil cubrirme el cuerpo que volver a esconder mi alma y todo aquello que siento por ti.
A veces pienso que eres demasiado, o que yo soy demasiado para ti, por supuesto que eso es solo mi ego herido hablando por mí y peleando con mi corazón, porque él ya te tiene en un pedestal y se niega a bajarte de ahí, es tonto y no le gusta equivocarse. Cuando mi corazón comete un error lucha con todo lo que tiene para que nadie lo sepa o, al menos, para que no duela, contigo está fallando y esta aterrado porque sabe que, si sigue así, no saldrá vivo de esta.
Eres alguien ocupado, lo sé, pero en mi experiencia, el amor es el trabajo más pesado y demandante, por eso sé que cuando alguien de verdad ama jamás está lo suficientemente disperso como para ignorarlo. Sé que exagero al llamarlo amor.
He pensado en que tal vez me estabas usando, después de todo tiene sentido. Yo te dejaría usarme, por supuesto, no tendría problema, siempre y cuando lo hubieras pedido así en lugar de fingir que yo te importaba de otra manera. No me gustan las mentiras, son la cosa que más repudio, pero viniendo de ti mi mente se engaña a si misma diciendo que tal vez ni tu sabias que estabas mintiendo hasta que fue demasiado tarde.
Muchas veces he llegado a la conclusión de que no funcionaríamos, tú eres tan tú y yo soy tan yo, lo que significa que tú eres tan libre y yo a veces soy prisionera de mi propia mente.
Aun así me gusta sentir que me desconecto y dejo todo de lado cuando estoy contigo, me parece todo tan fantástico que tal vez lo era, solo una fantasía temporal en la que me hacías sentir la princesa de un cuento que sabias que terminaría mal desde el principio.
Tal vez sea hora de confesar lo que jamás podre decirte de frente, me haces sentir distinta, no quiero decir que feliz, pero probablemente sea eso, me encanta tu risa, en serio, es bonita, jamás le niegues a nadie el privilegio de escucharla si quieres a esa persona, me gustan tus ojos y el olor de tu piel, porque ni siquiera tu perfume se compara con eso.
Ahí supe que algo andaba mal, cuando rogaba por oler tu cuello y la sensación de tus manos en mi cintura, o tus besos en mi mejilla. Pensé que me estaba volviendo loca, incluso mis amigos lo creyeron, pero muy en el fondo sabía que me estaba dejando llevar de más y que eso por supuesto no era sano.
Me di cuenta muy tarde de que las mañanas las pasaba deseando tus besos y que en las noches extrañaba las pláticas intimas que solíamos tener. A veces no extraño solo tu voz, extraño tu compañía, una sombra a mi lado que me haría mucho mas feliz que todo el dinero del mundo.
Ya no sé quién eres o quien soy, mucho menos lo que somos. No me lastima tu indiferencia, no lo creo, me lastiman las promesas falsas que has hecho y el daño que le hacen a mi mente, no se compara ni siquiera con el dolor más grande que haya vivido. He pasado por cosas terribles que pensarías que son peor que tú, pero ninguna de ellas se compara, esto no viene del exterior. En este momento soy yo luchando contra mí y el inevitable pensamiento de que volverás a ser el de antes.
Sé que cuando la gente cambia, jamás vuelve a ser lo que era, soy prueba de ello, y rogar por que el pasado vuelva es como vivir creyendo que los días son todos iguales o que el tiempo no avanza. Es una completa estupidez, como lo fue enamorarme de ti, o así le llamo, esto tal vez solo sea un capricho.
Sea como sea, y me sienta como lo hago ahora, yo sé lo que va a pasar, esto lo he visto muchas veces y créeme que no es tu culpa. Una vez más debo confesar que, si me hubieras pedido usarme y nada más, habría aceptado, el placer no me da miedo.
No vuelvas a ser quien eras, por favor, te lo pido como una última cosa antes de arrancarme el corazón y deshacerme de él. No seas jamás como el chico del que me enamoré, ya no, porque volveré a caer, volveré a estar a tus pies y doblegaras mi espíritu como ya lo has hecho. Eso es humillante incluso para mí que, por amor, haría cualquier cosa.
Sé que si me pides que me quede lo hare, porque mi único deseo ahora mismo es que corras hacia mí para decirme que estabas confundido, que me necesitas, pero las alucinaciones no son buenas, y en el fondo de mi alma yo sé que eso nunca va a pasar.
Así que por favor cambia, se una mala persona o desaparece del mundo, pero no vuelvas a ser como antes, no quiero que me hagas daño y, sinceramente, no quiero que seas así de encantador con nadie, nunca.
Atte: la niña que enamoraste y la mujer que dejaste.
ESTÁS LEYENDO
Cartas Que Nunca Entregué.
Short StorySiempre que siento demasiado o amo a alguien con demasiada fuerza, cuando algo duele de más, o me hace feliz para variar, siempre le escribo una carta.