Reconstruir.

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Tuve que ver mi corazón en el suelo para poder entender que tu recuerdo dolía. Tuve que ver todos esos pedazos rojos alrededor de mis pies para comprender que ya no me hacías bien. Si, lo admito, albergue a la esperanza en mi ser, creyendo que volverías y podríamos amarnos, pero debía ser realista, no lo vales.

Claro que estoy dolida y molesta, nunca voy a ocultar lo que siento, pero después de todo fue mi culpa, por creer que había algo distinto está vez. Supongo que siempre es igual, y si no, habrá alguien mejor.

Las personas enamoradas decimos que esa persona es perfecta, lo malo de la desilusión, es darnos cuenta de nuestro error. No te digo que no te quise, lo hice, tanto que aún me cuesta hablar de ti. Pero lo que debo entender es que puedo con esto, porque pude con cosas peores y tu no eras lo mejor.

He podido contra huracanes, terremotos y mil corazones rotos antes de ti, así que realmente esto es más para mi que para ti. Espero leer esto en unos meses, años, o días si es que lo logro, y notar que pude.

Me reiré de esto, lo sé, siempre lo hago y mis letras me dan escalofríos, pero son parte de mi, como tú lo fuiste, asi que yo se que soy fuerte. Debo entender que llorar por alguien no me hace daño, me libera, porque me deshago de todo eso que ya no necesito, de todo el lastre que dejaste.

Sinceramente, te agradezco haber tomado ese paso, yo jamás lo hubiera hecho, de alguna manera seguía enganchada, y ahora ya no. Ya puedo escuchar todas esas canciones sin dedicarte la letra, porque tengo el don de retirarme cuando se que la jugada esta perdida, contigo no había premio.

Aún después de todo se extrañan algunas cosas, las llamadas, los mensajes, las notas de voz, pero bueno, tampoco es como que eras la última o la única persona que podría estar a mi lado, en eso llevo ventaja, hay más personas queriendo ocupar tu lugar.

Cuando supe toda la verdad sobre tu desaparición y la forma tan drástica en la que te alejaste sin decir siquiera adiós, la verdad me sorprendió bastante, porque aceptemos que saber que la persona que creías tan perfecta en realidad tenía una vida hecha que te había estado ocultando por meses, no es lo mejor.

Tal vez cometí un error al abrir mi corazón a alguien totalmente desconocido, pero aceptemos que yo no tuve la culpa.

Gracias a que se la verdad, puedo dejar esa etapa de mi vida atrás, una que aun me causa escalofríos por lo ingenua que fui, y vergüenza, porque esa noche en la que bebí mas de la cuenta en tu nombre dejó estragos que aun me sonrojan.

Por último, debo concluir que si, al fin soy alguien distinta a la que conociste, y me alegra saber que ya puedo verte a la cara sin emocionarme o molestarme. Reconstruyo mi corazón y mi confianza día a día, porque se que no todo el mundo será tan bajo como tu, o de alma tan negra como la tuya, que usualmente veía hermosa.

Compartimos recuerdos gratos, unos muy lindos y otros divertidos, que son dignos de mantener vivos al menos hasta que lleguen mejores, pero no íbamos a compartir culpa. Agradecer es parte de sanar, así que te agradezco la atención, pero debiste saber que yo, cuando preguntaran lo que sabía sobre ti, diría la verdad, lamento que ambas de tus relaciones se estropearan, pero no iba a mentir por ti. Me alegra haber sido de ayuda para esa otra alma a la que angustiabas.

Cartas Que Nunca Entregué.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora