76- Finalmente, respuestas

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Narra ___:

Fui volviendo a la realidad de a poco, sintiendo el cráneo pesado y con palabras difusas volviendo a mi mente de manera errática.

Casa, oficina. Papel.

Abro los ojos y manchas oscuras nublan mi visión. No veo nada.

Pruebas, peligro. Intruso.

Parpadeo e intento enfocar mis sentidos. Recuerdo algo de una masa grisácea y un olor profundo. Un sentimiento de terror.

Sujeto, R. Hoskins.

Como si una descarga eléctrica me hubiese resusitado, despego los párpados definitivamente y percibo que sigo en la penumbra, aunque el hedor a óxido se ha ido. Intento moverme, pero me sorprenden mis manos juntas en la espalda.

Siempre, siempre, siempre mis planes salen bien, pienso con ironía.

Tironeo de las ataduras y siento una estaca afilada clavarse en mi pierna. Ah sí, no hay más calmantes, eso también lo recuerdo. Respiro con dificultad por el dolor y subo la cabeza. Ya no estoy en el sótano.

La habitación a mi alrededor también se ve como una oficina, pero radicalmente distinta a la anterior. El suelo de esta en de madera oscura, con muebles a juego y un estilo mucho más rústico. Debo estar muy golpeada por el suero de Hyding, porque siento que ya conozco este lugar...

De repente noto que una presencia me ha estado observando desde un rincón, protegida por la oscuridad. La presencia, la que se metió en la casa conmigo, la que buscaba lo mismo que yo. Intento ponerme firme pero un nuevo relámpago de dolor me hace encorvarme. La figura, finalmente, habla:

-No hagas eso ___, te va a doler peor.

Conozco su voz. El velo de oscuridad se descorre cuando la figura enciende la luz.

Descubro dos o tres libros míos en la biblioteca de aquella oficina. Las cortinas son de ese color verde que advertí que iba a quedar pésimo. Sobre el escritorio descansa, cual pisapapeles, el cráneo del Ornithosteles.

-No sabes cómo dejar de meterte en problemas ¿No?- suelta Andrea, acercándose para desatarme.

No digo nada. No salgo de mi asombro ¿Ella me siguió? Ella... ¿Qué?

-¿Qué haces?- titubeo- ¿Por qué me ataste?

-Te salvo el culo, como de costumbre. Y te estabas poniendo agresiva- replicó, con naturalidad- hasta inconsciente eres bastante insistente. Aunque la palabra "inconsciente" podría describir absolutamente toda tu conducta.

-¿Me seguiste?- alzo la voz, no sé si estoy confundida o indignada. No entiendo nada de lo que pasa. Me desmayé en un charco de sangre y me desperté en el despacho de Billy.

-Baja el volumen, Tony está durmiendo.

El pánico me asalta. Andrea, siempre apareciendo en los lugares más cuestionables, siempre con las manos extrañamente limpias, a pesar de que su trabajo es hurgar en la suciedad. Ella ya nos traicionó una vez ¿Sería capaz de...?

-¿Donde está Billy?- pregunto, comenzando a ponerme histérica. Puede que este, la histeria, sea el reemplazo de mi perdido instinto de supervivencia. Gritar en vez de rugir.

-Abajo, leyendo material de su posgrado- la mujer frente a mí no parece alterada, como quien se sabe con el control de todo.

-¿Y dónde estaba cuando me trajiste a rastras? ¿Lo noqueaste también?- intento ponerme de pie, pero sólo consigo ponerme de rodillas y grito- ¡Billy, Billy!

Jurassic World (Dinosaurios&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora