39- Rodeados

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Narra Owen:

La sangre y los gritos quedaron atrás, así como Hoskins, ____ y lo que quedaba de humanidad en ella.

A cada pisada la herida le daba un pulso eléctrico a mi pierna, dificultandome el paso. No era la mejor imagen de seguridad que podía proveerle a Claire y los niños, pero era lo que había.

Estábamos viviendo el mismísimo apocalipsis, no era momento para ponerse perfeccionista.

-¿Ahora qué?- me preguntó Claire, mientras avanzábamos rápidamente por los pasillos.

-Los barcos llegan en la mañana. Debemos alcanzar la zona de evacuación de la isla antes del amanecer- respondí, no muy seguro pero con esperanza. Tenía un arma aferrada a mis manos, y era lo único de lo que me podía valer.

Al llegar a la sala principal del centro de visitas, Delta nos sorprendió. Claire reaccionó rápidamente y activó el holograma de la atracción, que mostraba un dilofosaurio extendiendo sus crestas y emitiendo un sonido.
Engañada por su instinto, la raptora dirigió su atención a la imagen para hacerle frente, y antes de que descubriera la farsa, la rodeamos e llegamos hasta la puerta.

Pero fuera nos esperaba la perdición.

Blue y Echo nos cerraban ambos frentes, y Delta cerraba por detrás. Sujeté el arma con fuerza pero desistí. Primero, porque ni las balas ni la velocidad me alcanzaría para derribarlos a todos sin que saltaran sobre nosotros. Y segundo, porque no podía. Aunque mi vida estuviera en juego.

Descubrí que no podía asesinar a las criaturas que yo había criado, a las que habían aprendido a respetar y amar. Eran casi como mis hijas. No podía ni quería hacerles daño.

Es extraña la claridad que obtiene uno cuando sabe que va a morir. Tal vez el hecho de tenerlo todo perdido nos hace ver qué es lo realmente importante. No tenía oportunidad contra ellas. Jamás las vencería, porque tampoco iba a intentarlo.

Dejé caer el rifle y tomé una posición de protección con los niños y Claire. Con un poco de suerte, si se abalanzaban sobre mí primero, ellos podrían escapar.

Blue me observó una vez más y rugió, como una sentencia. Cerré los ojos con fuerza ¿Qué tan horrible sería ser devorado vivo por un ser querido? Me transporté a su infancia, cuando aún me mordían los talones con dientes de cachorras que dejaban marcas terribles. Sonreí en mi mente. Quería irme con esa imagen y no pensar que aquellas fauces que me mordían juguetonamente estaban por desmembrarme con odio.

Sentí una ráfaga pasar a centímetros de mí y me tensé, esperando el ataque.

Cinco segundos después, tras comprobar que no estaba muerto, abrí los ojos.

Tenía frente a mí a un raptor. Una raptor. Ágil, de escamas brillantes de tonos violetas, manchadas de sangre en la zona del abdomen. Sangre negra, espesa.

Estaba malherida y en sus ojos se notaba un dolor profundo. Se había adelantado a Blue y estaba a menos de quince centímetros de mi rostro.

Una ruleta de conclusiones pasaron por mi mente en segundos. No olía putrefacción en su garganta. No se había devorado a Hoskins.

En cambio, estaba herida, y no se había dejado morir en un rincón como cualquier animal salvaje lo haría.

Cada músculo de mí cuerpo se paralizó. Ella... Había oído la persecusión. Había venido a salvarnos.

-¿____?- pregunté, con la voz entrecortada- ¿Estas... ahí?

Ella emitió un sonido, y luego volteó a mirar a Blue, Echo y Delta. Todas ellas estaban ahí.

Descubrí los ojos de la raptora lila increíblemente perturbadores. Tenían algo en ellos, algo brillante, algo escondido.

Era la mirada de un humano.

Narra ____:

Y en ese momento, sentí sus pisadas temblar en el suelo. Se acercaba lentamente, pero estaba decidido. Decidido a acabar con todo.

Jurassic World (Dinosaurios&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora