65- Cambios

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Narra ____:

-¿Así o más corto?

-Así está bien

-Mirá que cuando lo decoloremos, vas a parecer una margarita- comentó Billy, con la tijera en sus manos- todo amarillo.

-Igual se puede poner otro color encima- alegó Cristina, intentando contener a las dos bestias que luchaban por su atención- Tony, David, ¿Les cuesta mucho no intentar arrancarse un ojo cada diez segundos?

-Tía, ¿No es cierto que si el carnotauro pelea con el espinosaurio, gana el espinosaurio?- preguntó, para mi sorpresa, Tony. Era la primera vez que lo escuchaba hablar.

Cristina mira a mis espaldas, donde está Billy mutilando mi cabellera.

-Preguntale a tu papá, que para algo estudió- responde, mientras se sienta exhausta en el piso- yo puedo decirte la posibilidad de que les caiga un meteorito en la cabeza mientras bailan la macarena, pero para situaciones de fuerza bruta los tienen a los paleontólogos, allá.

Tony mira a Billy. Dios, tienen los mismos ojos curiosos.

-Es una situación que nunca presenciamos, me parece- me consulta mi amigo.

-No, a esos dos precisamente no los ví juntos jamás- replico yo.

-Son dos que uno los ve y piensa "tienen mucha fuerza, mucho poder, van a pelear hasta la muerte", no creo que haya manera de saberlo a ciencia cierta.

-A menos- Cristina le extrae los muñequitos de los dinosaurios de las manos a su sobrino- que empiecen a encontrar cosas en común.

-Claro- Billy sigue tijereteando sin cuidado, risueño- cosas en común.

-¿Cómo qué?- pregunta Tony

-Como su instinto- responde Cristina- Ambos pueden darse cuenta de que el objetivo que buscan es el mismo, sobrevivir. Y que les gusta sobrevivir de la misma manera.

-Sí, sí. Totalmente- no sé por qué, pero tengo la sensación de que Billy alza las cejas y que ya no estamos hablando de dinosaurios.

-Capaz que hasta desean sobrevivir juntos- sigue ella, jugando con los muñequitos- y se van caminando de la mano hasta la casita que el carnotauro construyó...

-¿Ustedes dos se juntaron todas las tardes a buscar maneras de molestarme apenas despertase del coma?- inquirí- dios, si seguía dormida el resto de mi vida, hubieran escrito una Biblia de analogías malas...

-Y eso que no escuchaste la de los cables macho y hembra- acota mi amigo.

-¡Billy!- lo reprende Cristina- ¡Los chicos!

-¿Qué?- se excusa- cómo si hubieran entendido ese chiste...

Me alegra un poco ver que las cosas apenas cambiaron entre mis dos inadaptados favoritos y yo. Sí, ahora cada uno tiene su pequeño clon con adn de la persona que aman, pero son simpáticos. Me hace doler la edad y las cosas de las que me perdí, pero no es ni un gramo de lo que le debe doler a Cristina cada día ver a Roberto crecer en David. Lo veo en sus ojos, en cómo lo observa, buscando rasgos que la lastiman y lo hacen amarlo hasta el infinito.

Por eso. Por eso es que debo encontrarlo.

Billy me acerca un espejo y me muestra mi propio rostro. Debe ser la primera vez desde que desperté que me veo en un espejo claramente, con luz natural. Tengo unas ojeras bien marcadas y estoy delgada y pálida, casi enfermiza, pero no es así como me siento. Igualmente, mi rostro no era lo que mi amigo quería que viese, sino mi pelo: apenas por encima de los hombros, despeinado, salvaje. Se me escapa una sonrisa suave al sentir que ese cambio sigue formando parte de mi identidad.

-No me disgusta- le digo.

-Y ahora- se coloca unos guantes de látex y una máscara para gas tóxico que no quiero saber de dónde sacó- toca el decolorado.

-No, me rehuso.

-Pero ____, es uno de los puntos claves en cambiar tu apariencia. Si te reconocen, estás muerta- destaca Cristina.

-¿Me vieron bien? Parezco un zombie, apenas podría reconocerme yo con esta cara- me toco las mejillas, famélicas- así alcanza. No quiero verme al espejo y ko saber quién soy.

Eso ya sucede, pero ellos no deben de saberlo.

Billy alza las manos, como un gesto de rendición.

-A sus órdenes- y se retira, con máscara y todo. Momentos después, regresa con un delantal rosado y con pequeños fósiles dibujados- ¿Hacemos galletitas niños?

Tony festeja y Cristina alza a su hijo para llevarlo hasta la cocina. Qué felices que son, qué culpa me da el no poder aceptar ser como ellos, normal.

No. El escalofrío me recorre la nuca nuevamente. Creo que ya sé lo que es esa sensación.
Esto no es normal. Normal sería que Cristina hubiese llevado a su hijito a la cocina y estuviera quejándose porque Roberto no quiere colaborar. Eso sería normal, esto es una realidad extraña y perversa.

-___-llama Cristina desde la cocina- ¿Nos acompañas?

-Voy a ir a visitar a Alan- le respondo, poniéndome de pie con el bastón- quiero ver cómo sigue la excavación después de tanto tiempo.

-¿Segura que puedes sola? Podemos llamarte un taxi.

-No, no. Gracias. Me llevo el auto de Billy, que es más fácil- río levemente para disimular mi nerviosismo- vuelvo para cenar.

Una vez en el auto, dejo salir el aire que guardé a presión en mis pulmones para mantenerme calmada. Dejo el bastón en el asiento del copiloto y el escalofrío me recorre una vez más. Instinto, eso es. Lo único que sobrevivió de mi adn al tratamiento fue el instinto.

Pongo en marcha el auto, y fijo rumbo hacia aquella farmacia, donde busco una mente brillante me dé una droga que sus ricos clientes no han visto nunca antes en sus vidas.

Estrellita y comenten qué les está pareciendo, que los veo muy inactivos últimamente!! Quiero saber qué opinan ❤️

-C

Jurassic World (Dinosaurios&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora