Sweet Pain | Gay |

35

Niko entró a la cafetería donde su amiga lo había citado, le parecía extraño ya que tenían un rato sin hablar, desde que el se apartó.

Divisó a la castaña en una mesa mirando la carta, con cautela se acercó y cuando estuvo frente a ella la saludó.

—hey, Niko, siéntate por favor.

Algo incómodo le hizo caso a su amiga.

—yo... me sorprendí cuando me llamaste.

—¿por qué? Somos amigos ¿no?

—bueno si, pero hace rato que no hablábamos.

—si, no se exactamente si pasó algo entre tú y Lee, pero creo saber porque te alejaste.

Los latidos de Niko se aceleraron.

—¿cómo?

—hace unos días... Shane habló conmigo.

Se sintió palidecer, no creía que Shane me haya dicho la verdad a Kenya... ¿o si?

—ajá...

—me lo contó todo.

—Kenya yo de verdad lo...

—tranquilo, lo entiendo Niko, tú no tienes la culpa de nada.

El chico solo pudo agachar la cabeza completamente apenado.

—¿no estás molesta conmigo?—preguntó en voz baja.

—un poco, pero... al final eres mi amigo, y no voy a tirar nuestra amistad a la basura por un chico, estoy más molesto con Shane por jugar con ambos, de alguna forma supongo que entiendo también tu posición, y no te culpo.

—¿de verdad?—dijo con una mirada esperanzada.

Kenya asintió con una pequeña sonrisa.

—no quiero perderte Niko, de verdad que no, y se también que Lee te necesita mucho.

—¿él está bien?

La castaña suspiró y negó con la cabeza y prosiguió a contarle lo que Lee le había contado.

—¿qué? Eso es horrible, su padre no puede hacerle tal cosa.

—pues lo está haciendo.

—¿y Jackson? ¿Sigue encerrado?

—si, hablé con Shane y al parecer su madre solo tiene la mitad de la fianza, el padre de Shane pagará la otra mitad pero está en el banco y él está fuera de la ciudad, no volverá hasta pasado mañana.

—demonios, ¿Lee ya sabe eso?

—no, no he podido verlo y no quiero decírselo por mensaje.

—que fuerte, pobre Jackson, debe ser horrible estar ahí.

—seguro que si, pero bueno, no podemos hacer nada por el momento.

—no...

—oye, y... ¿qué tal con... con Shane?

Niko boqueó tratando de decir algo pero sin logro alguno.

—tranquilo, está bien.—dijo la castaña con una sonrisa sincera.

—yo... no lo sé, hace un tiempo que no lo veo y... y no se si quiero hacerlo.

—¿por qué? ¿Ya no lo quieres?

—osea, si pero... es difícil ¿sabes? No se en que posición nos deja esto, y creo que sería todo muy incómodo para todos.

—bueno, yo no tendría ningún problema en caso de que decidieran estar juntos, te lo digo sinceramente Niko, solo quiero verte feliz, y si él te hace feliz, entonces está bien.