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El fin de semana había terminado tranquilo, aunque Sage no lo estaba tanto, las cortinas de su habitación estuvieron cerradas lo que restó de esos días, el seguro de la ventana no había sido retirado de ahí y el no volvió a salir hasta esa mañana de lunes, dónde nervioso caminó por los pasillos de la institución hasta llegar a su casillero.

Con su pequeña llave abrió el candado y sacó su libreta de inglés, la olvidó ahí el viernes y no había podido hacer su tarea, así que tendría que hacerla durante su clase de matemáticas.

Estuvo a punto de gritar cuando un par de manos se posicionaron en su cintura, pero sólo dió un pequeño brinco asustado cuando vió los ojos verdes de Evan.

—hola, ¿estás bien?—preguntó el castaño con una sonrisa.

—s-si... ¿cómo estás? Te extrañé.—pronuncio dibujando una sonrisa en su rostro.

—estoy mejor ahora que te veo, yo también te extrañé, te traje esto.—con cuidado sacó una pequeña cajita de su mochila, Sage pudo ver un cupcake rojo dentro, en la tapa podía ver una nota en papel rosa fosforescente "Que tu día sea tan bonito como tu :)".—red velvet, tu favorito.

—eso es muy dulce de tu parte Evan, gracias.—con cuidado de no tirar la caja rodeó el cuello del más alto, cuando se separó tomó el regalo entre sus manos y la puso dentro de su casillero, estuvo a punto de cerrarla hasta que recordó el incidente de la última vez.—n-no, creo que lo llevaré conmigo mejor.—volvió a tomarla y cerró su casillero.

—bien ¿te acompaño a clase?

—sip.

Evan tomó su mochila y la colocó sobre su hombro, después tomó su mano y juntos caminaron al salón.

—estaba pensando... ¿quisieras salir conmigo este sábado? Estaba pensando en hacer un pequeño picnic en el patio de mi casa, es grande y lindo, después podríamos ver películas o lo que tú quieras, o tal vez prefieras ir a otro lado.—propuso nervioso.

—¡no! En tu casa está bien.—sonrió.

—¿enserio? Genial, ¿entonces te veo ahí como a las cinco?.—dejó de caminar cuando notó que habían llegado al salón del pelinegro.

—sip, ahí estaré.

—genial...bueno, te dejo.

Sage asintió y Evan se acercó a él, iba a dejar un beso en su mejilla, pero rápidamente cambió de opinión y dejó un corto beso en sus labios, uno que hizo sonreír a Sage aún más y olvidarse de todo lo que lo había estado atormentando.

—adiós.

—adiós.

Ambos se despidieron sin borrar las sonrisas en sus rostros, tan inmersos en su amor que no notaron a quien los miraba fijamente de lejos.

—maldito Evan.

[🤍]

—entonces, digamos que tu papá ahora es como... ¿tu cómplice?—cuestionó el rubio bastante sorprendido.

—parece que si.

—diablos, señor Sky es usted un verdadero héroe.—mencionó Kenya.

—si, bueno, también me asusta que mi padre pueda descubrirlo, no quiero meter a mi papá en problemas.

—tus padres son adultos, sabrán cómo llevarlo.

—eso espero.

—¿tendrás ensayo hoy?—preguntó Niko.

Sweet Pain | Gay |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora