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Cuando la campana sonó, Niko se despidieron de sus amigos y se dirigió rápidamente a la salida de la escuela, no quería perder el autobús... De nuevo.

Cuando cruzó la puerta, escuchó una voz llamándolo que hizo que se detuviera de golpe, lentamente se dió la vuelta encontrándose a Shane parado al lado de su moto.

Sin embargo, Niko decidió ignorarlo y seguir su camino.

—¡Niko!

Aceleró el paso pero sintió como una mano lo tomó del codo y lo dió vuelta, en cuanto estuvo de frente a el, se soltó bruscamente de su agarre.

—Niko, te estaba llamando.

—si, te oí.

—¿y luego? Niko ¿qué pasa? Me has estado ignorando, no contestas mis mensajes ni mis llamadas.

—¿y de casualidad no dedujiste que es porque no quiero hablar contigo?

—pero... ¿Por qué? No entiendo.

—tu nunca entiendes nada Shane.

—Niko hablemos, por favor, quiero arreglar las cosas, no quiero que sigamos así.

—si, yo tampoco lo deseo, créeme, así que creo que lo mejor es que terminemos con esto de una vez.

—¿qué? Niko no...

—¡mi amor!

Los ojos de Niko no quisieron, pero rodaron en cuanto escuchó la voz de su amiga.

—K-Kenya...

La castaña se acercó su rodeó su cuello mientras besaba sus labios.

Niko solo pudo girar la cabeza para concentrarse en cualquier cosa que no fuera esa escena, y no lo admitiría, pero sus ojos se cristalizaron.

—¿viniste a verme? —preguntó la castaña sin soltar el cuello del mayor.

—y-yo, s-si, si.

—tan lindoo ¿y de qué hablaban?

—ah, nada importante —respondió el castaño.

Niko lo miró como si hubiera dicho un gran chiste o una gran barbaridad.

—si... Nada importante.

—oh, bueno, amor, ¿podrías llevarme a mi casa? No quiero tomar el autobús. —pidió con un puchero.

—si Shane, lleva a tu novia a su casa, yo ya me voy, adiós.

Se dió la vuelta y se dirigió a la parada, Shane quiso llamarlo de nuevo, pero Kenya atrapó su mirada.

—¿y?

—ah, si, vamos.

Con una sonrisa, la castaña se subió a la moto, sin embargo, la cara de Shane no se encontraba en el mismo estado.

Y mientras tanto, la de Niko ya se había llenado de lágrimas de camino a la parada.

[🖤]

Cuando la puerta de la casa sonó, fue Sage quien atendió, encontrándose al mejor amigo de su hermano totalmente destrozado.

—Niko... Te ves terrible.

—si, gracias ¿está Lee?

—aam, está arriba, hoy tampoco lo dejaron asistir a la academia por la recaída.

—¿puedo pasar?

—¡si! Si... Pasa, sube.

Niko entró y vió al rededor de la casa como si fuera la primera vez que se encontraba ahí.

Sweet Pain | Gay |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora