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—Lee, tómalo con calma...

—quiero abortar.—pronunció con seguridad.—no quiero tener a este bebé, no quiero papá, por favor no me hagas hacerlo, por favor.

Y Sky quiso llorar, porque frente a él ya no veía a su hijo, se veía a sí mismo a los 17 años embarazado de un chico que lo había engañado, sufriendo y con el corazón roto.

—tu... ¿estás seguro, hijo?

—si, por favor papá, no quiero un bebé, no puedo, no estoy listo, sé que cometí un error al no cuidarme, pero por favor no me hagas tenerlo, ¡acabo de perder la oportunidad de mi vida! Era mi oportunidad para llegar a Nueva York, y la perdí, por favor, déjame seguir estudiando, quiero ir a la universidad y seguir mi sueño de ser bailarín, por favor papá, te lo ruego, seré el mejor, te lo prometo, no te decepcionaré otra vez.

—no me has decepcionado jamás, cariño, eres mi orgullo, tú y Sage... se exactamente cómo te estás sintiendo, se que tienes miedo, lo se perfectamente, y no quiero que seas infeliz mi amor, si estás seguro de tu decisión, entonces voy a apoyarte.

Lee lo miró sorprendido.

—¿de verdad?

Sky asintió, hace ya mucho que las lágrimas no habían resistido más y comenzaron a caer.

—s-si, si mi amor, quiero lo mejor para ti, y se que vas a llegar muy muy lejos, te amo mi niño, nada de lo que hagas hará que me decepcione de ti, nada, te amo con todo mi corazón y solo quiero verte bien, quiero verte feliz.

Lee sollozó y se lanzó a los brazos de su papá, justo como cuando tenía seis años y vió su primera película de terror, esa vez había dormido entre sus dos padres toda la noche, reconfortado por su aroma.

—hagamos algo, te daré una semana, una semana para pensar bien tu decisión, y si al final de esa semana no cambias de opinión, entonces yo mismo te acompañaré ¿si?

Lee asintió conforme con aquella condición.

—gracias papá.

Sky negó con la cabeza y dejó un beso en su cabeza.

—debo preguntarte algo, ese chico ¿te obligó o te hizo sentir presionado para hacerlo?

El ceño de Lee se frunció.

—¿qué? No, por supuesto que no, al contrario papá, Jackson siempre fue atento conmigo y me hizo saber que no quería presionarme.

—¿de verdad?

Lee asintió seguro, Sky repitió aquello un poco más tranquilo y se levantó para salir de la habitación.

—descansa ¿si? Mañana será un nuevo día.

El menor asintió y se acurrucó en su cama.

Sage sentía como todo su cuerpo temblaba, sus sollozos se escuchaban por toda su habitación.

Se sobresaltó cuando sintió una toque sobre su espalda, se dió la vuelta encontrándose a su padre.

—papá—balbuceó.

—ven aquí mi amor.—dejó que su hijo se acurrucara sobre su pecho.

—perdóname, no quise hacerlo, fue una idiotez y no sabes cómo me arrepiento, perdóname.

—calma mi vida, necesito que respires, tienes que relajarte, puede hacerte daño.

Sage hizo caso a Sky y tomó varias respiraciones lentas.

—eso, tranquilo, todo está bien.

—papá, de verdad lo siento.

—lo sé mi amor, lo veo en tus ojitos, se que lo sientes.

Sweet Pain | Gay |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora