Las ocho

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Nia no habría aceptado un no por respuesta. El martes podía haber eludido con cierta gracia el almorzar con ella, pero ese hecho era un acontecimiento de un solo uso. La validez de otra negativa había caducado mucho antes de salir el "no'' de mis labios, motivo por el cual ni siquiera traté de usarlo.

Agité mi mano a modo de saludo cuando pasé junto a la ventana del Noonan's. Ella ya estaba sentada y había llegado tan pronto que la comida de ambas ya estaba servida en la mesa. Sacudí la cabeza y reí en cuanto salí de su campo de visión; Nia estaba más impaciente por tener detalles de mi cita con Lena de lo que había pensado.

- ¿Había hambre?- Fue mi forma de saludo mientras señalaba con la mirada los platos frente a ella.

- Ja ja...- Ni siquiera se esforzó en fingir una risa más auténtica, se limitó a pronunciar las dos sílabas. - Economizo tiempo... Ya sabes qué quiero saber...- Me dio dos besos, uno por mejilla, y volvió a ocupar su asiento.

- ¿Vamos a ir así? ¿Al grano siempre que nos veamos y sin preliminares?- Me acomodé en la silla libre y sonreí.

- Si me hicieras hueco por las tardes después del trabajo, no tendría tanta prisa como en la hora de la comida...- Se encogió de hombros y agitó rápidamente su mano derecha. - No te enrolles con charla banal, cuéntame qué tal te fue el lunes.

- Creo que me estoy pillando por ella.- Mis mejillas se tiñeron instantáneamente de rojo

- ¿Solo con una cena? ¡Caray! Eso sí que es ser precoz.

- Anoche también cené con ella.- Una vocecilla tímida y baja suplantó mi tono habitual. - Han sido dos cenas ya.- Con rapidez me llevé una de las patatas a la boca y la mastiqué.

- Dos cenas en dos noches consecutivas.- Nia no apartó la mirada que había fijado sobre mí desde el momento en el que había entrado en el local. - Primero los detalles de ambas veladas, después ya hablaremos sobre lo de guardar en secreto la segunda cena.

- Ella es... es una mujer intrigante. Sí, esa es la palabra justa. Tengo la sensación de apenas haber vislumbrado lo que hay en la superficie y estoy deseando conocerla más y mejor.- Agité el vaso con mi refresco y el líquido formó ondas que amenazaron con hacerlo saltar por los bordes. - Dirige su propia compañía...

- Espera, no vayas tan rápido con la ficha técnica.- Nia me cortó antes de que pudiera enredarme en uno de mis monólogos sin fin. - ¿Tú cómo te sentiste en ambas cenas?

Esbocé una sonrisa. - Bien... es una mezcla de sensaciones, como una montaña rusa. A veces va todo como la seda y a veces es como si estuviéramos enfrentadas, luchando por quién se impone sobre la otra.- Apreté los labios en una mueca rara. - Ella hace aflorar una versión de mí misma que no conocía... hago y actúo de forma impredecible, pero me gusta lo que hago.

- Vas a tener que explicarte mejor... ¿qué significa eso de otra versión de ti?

- Que junto a ella me vuelvo más temperamental, más pasional... soy más audaz con mis actos y definitivamente con mis palabras.- Bebí un trago largo de mi vaso. - Ella saca todo eso, no sé cómo lo hace, pero me gusta la persona que soy cuando ella está cerca. Más segura de mí misma...

- ¿Y qué hay de ella? El domingo no sabías si te correspondería...- Nia dejó la frase en alto, esperando que yo respondiera a la cuestión sin tener necesidad de realizar la pregunta.

- Fui brutalmente honesta con ella sobre qué estaba buscando en una pareja. Ella ni pestañeó cuando se lo solté a bocajarro. Me dijo que nunca había tenido relaciones estables pero que ahora es lo que estaba buscando también.- Mordí mi hamburguesa. Tenerla debajo del morro solo había incrementado mi apetito.

VirahaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora