Cubriendo una exclusiva

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No se volvió a mencionar Metrópolis ni durante la cena ni al día siguiente, ni siquiera la mañana del miércoles, cuando ambas nos despedimos en casa de Lena antes de su viaje. Era el elefante en la habitación que ambas ignoramos a sabiendas de que estaba allí mismo, presente entre las dos. Estuve más pegajosa con ella de lo normal durante esos días. Fue mi estrategia de compensación previa. Si bien comprendía que una acumulación de mimos no podía ser almacenada para ser dosificada después durante la separación, era lo único que buenamente podía hacer. Lena había rechazado de plano mi oferta de acompañarla; colmarla de besos y abrazos fue mi contraoferta no verbalizada que aceptó de buena gana.

Aquella mañana la acompañé hasta donde tenía estacionado su Lexus y la besé como si fuera una adolescente, empotrándola contra la carrocería del vehículo. Su cuerpo se arqueó adaptándose al mío por un lado, y a la chapa del coche por el otro. Cuando me separé para tomar aire, ella reclamó mis labios aferrándome por el cuello y arrastrándome de vuelta en su dirección.

- Llegaré tarde a la oficina...- La voz responsable dentro de mi cabeza articuló la frase. - y tú perderás el avión.- Apoyé mi frente contra la de Lena, incapaz de emprender el camino que debía recorrer hacia mi puesto de trabajo.

- Dile a la señora Grant que estabas cubriendo una exclusiva.- Su tono ronco y la forma en la que pronunció las palabras era su juego de seducción puesto en marcha.

- ¿Cubriendo, eh?- Pregunté con una sonrisa pilla en mis labios y ella asintió poniendo una expresión de niña buena en su rostro. - Eso fue hace un rato en la ducha...

- ¿Ah, sí?- Siguió luciendo una fingida inocencia, pero un brillo escapó a su control y despuntó en sus ojos. - No me acuerdo.- Se mordió el labio inferior.

- ¿Solo lo recuerdo yo? Vaya...- Murmuré simulando decepción. - puede que yo me acuerde porque estaba con la chica de portada.- Sonreí traviesa y cuando terminé la frase devoré sus labios.

- Mi groupie.- Lena lo dijo sin separarse de mí, sus labios rozaron los míos y sus manos me atrajeron más contra su cuerpo. Mordió mi labio inferior y tiró de él. - Todavía no me he ido y ya quiero estar de vuelta.- Susurró antes de volver a besarme.

Escucharle decir eso dio alas a mi corazón. Lena podía tener miedo al compromiso, podía no querer emplear las palabras de amor, y sin embargo, a su manera, ella lo daba a entender y para mí era más que suficiente. - El sábado cuando regreses, me tendrás a tu entera disposición.

- Me gusta cómo suena eso.- Aflojó su agarre y yo retrocedí un paso, dejándola espacio.

- Que tengas buen viaje, cariño. Llámame cuando llegues.- Lena abrió la puerta y se metió en el coche, yo le sujeté la puerta y me incliné para besarla por última vez.

- Lo haré.- Su respuesta se exhaló con resignación. Ella se ajustó el cinturón del asiento y yo cerré la puerta del Lexus.

Besé la punta de mis dedos y luego apoyé la mano contra el cristal de la ventanilla. Cada vez me costaba más despedirme de ella cuando tenía viaje por trabajo y esta vez, sabiendo lo que le esperaba en su ciudad natal, tuve que hacer de tripas corazón para poner mi mejor sonrisa. Lena estiró las comisuras de sus labios en otra sonrisa de vuelta, una que parecía algo forzada, quizás también le estaba costando un triunfo partir. El coche salió marcha atrás de su parcela de garaje y lo vi alejarse por el parking. Solo cuando lo perdí de vista, me encaminé con el ánimo sombrío hacia la calle.

~•~

La sensación agridulce por la partida de Lena se me quedó anclada al pecho durante toda la mañana. Ni siquiera el volumen ingente de trabajo que Snapper me lanzó consiguió hacerme pensar en otra cosa.

VirahaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora