Un objeto sexual

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Me desperté por un repiqueteo de nudillos en la puerta de la entrada. ¿Quién será a estas horas? Abrí los ojos y la luz que entraba por la ventana me cegó. Di la espalda al chorro de luz y miré a Lena, que seguía placidamente dormida. Un nuevo repiqueteo contra la madera me sacó de la cama. De camino a la puerta, me puse una bata y la anudé antes de observar por la mirilla.

- ¿Alex?- Abrí la puerta y me apoyé en el marco. - ¿Qué haces aquí... un sábado tan temprano?

La sonrisa pilla de mi mejor amiga brillaba casi tanto como la luz que me había deslumbrado unos minutos atrás. Chascó la lengua mientras me echaba una miradita de arriba a abajo. - ¡Casi! Tenía la esperanza de vengarme por tu visita sorpresa... y pillarte en cueros.- Sacudió una bolsa frente a mis ojos repleta de dulces de la pastelería del barrio. - Supongo que otra vez será...

Cogí la bolsa y la dejé pasar al interior. - ¿Ahora somos ese tipo de amigas?- Murmuré con tono pillo. ¿Desde cuándo?- Volví a ajustarme el cruzado de la bata para evitar que se abriera de improviso.

- Empezaremos hoy, sobre todo porque ahora una foto tuya en paños menores se cotiza en alza.- Alex pasó al salón y al ver mi expresión perpleja me tendió una revista que llevaba enrollada en el bolsillo trasero de su pantalón. - Página treinta y cuatro... cito textualmente: "¿Quién es la misteriosa joven que acompaña a Lena Luthor?"

Pasé con rapidez las páginas de la publicación hasta llegar a la que ella me había dicho. Efectivamente, no necesité ponerme mis gafas para ver la fotografía: un primer plano de Lena y mío el día de la fiesta en el que ambas nos mirábamos acarameladas sobre la alfombra roja del photocall.

- Mierda...- Murmuré devolviéndole la revista a Alex.

- No está tan mal...te han sacado tu lado bueno.- Dejó caer la publicación sobre la mesa, no muy lejos de donde yo había dejado los dulces que había traído. Fruncí el ceño confundida sin saber a qué se refería. - Sí, se ve perfectamente ese aura de "amo a Lena".- Se carcajeó a mi costa.

- Shhhh... vas a despertarla.

Pasé junto a ella y me metí en la cocina. Mi mejor amiga me siguió y cerró la puerta a nuestra espalda.

- Hablando de eso, ¿cómo van las cosas?, ¿tienes más claros tus sentimientos?- Alex apoyó su espalda contra la puerta, había planteado una pregunta directa y parecía estar bloqueando cualquier vía de escape física que pudiera encontrar para rehuirla.

Saqué la cafetera del armario y el café; no mostré prisa en responder a su pregunta. - En estas semanas hemos hablado mucho... Las dos nos sinceramos sobre lo que queremos...- Cuando estuvo lista puse la cafetera sobre el quemador de la cocina. - Los primeros días desconfié, esperaba el momento en el que ella bajara la guardia y saliera a relucir su miedo primario; que volviera a repetir patrones siendo la misma de siempre, o al menos la misma del último mes antes de romper.- Bajé el tono de voz, aunque estaba segura de que Lena no podría escucharnos. - Pero cada día fue derribando las barreras con sus acciones, su cariño, demostrándome que había venido para quedarse, que quería reconquistarme.- Enfrenté finalmente la mirada de Alex. - Me dio mi tiempo para reflexionar y ahora...

- La crees. - No supe distinguir si Alex lo afirmaba o simplemente lo cuestionaba, así que asentí.

- Sí, la creo. Confío en ella y la amo.

Mi mejor amiga alzó las cejas sorprendida. - ¡Wow! eso son palabras mayores... ¿Se lo has dicho?- Asentí sonriente. - ¿Y no se ha asustado?

- No, ella también me ha dicho que me ama.

Alex sonrió de lado. - Entonces, ¿estás contenta?

- Muchísimo. - Serví el café en dos tazas y ella me abrió la puerta. Nos acomodamos tranquilamente en la mesa del comedor y abrimos la bolsa de dulces.

VirahaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora