La mañana comenzó a despuntar en la Tierra Media.
En la ciudad de Carlharat, al oeste de las Montañas Nubladas,los primeros madrugadores encendían sus hogareños candiles de aceite para prepararse frente a una nueva jornada de rutinario trabajo en los campos, fuera de las murallas.
Apenas cantó el gallo se le vino el mundo encima...imposible..¡si apenas se había acostado!
No lo podía remediar,le encantaba dormir y aún más mientras pensaba en el horrible frio que hacía por la mañana, más el duro trabajo matinal que le esperaba durante toda la semana.
Y otra vez esa pesadilla...
Pensaba que con el ajetreo de la Fiesta de Primavera tendría la mente ocupada ya que había que organizar y hacer muchos preparativos; cosa aparte era su vestido, casi lo tenía terminado, pero tampoco podía dejarlo para última hora y con prisas. Tenía que estar acabado en menos de cinco días.
Pero ese mal sueño la perseguía cada dos por tres.
Así que, haciendo de tripas corazón, se echó hacia los pies su calentita manta y la miró con tristeza.Ésta noche nos veremos de nuevo, qué remedio.
Como un autómata fue deshaciendo la larga y ancha trenza castaña que por fuerza tenía que recogerse cada noche para dormir, si no quería que al día siguiente llegase una hora tarde a la colina por haberse estado quitando nudos.
Era lo que tenía el pelo rizado, nunca estaba desenredado, aunque le gustaba mucho el resultado que veía cuando se lo arreglaba.Y no sólo a ella.Sus amigas y conocidas siempre tenían halagos para ella cuando se lo soltaba y los rizos le rodeaban las caderas. Y más de un hombre se la quedaba mirando embobado.Ya no era sólo éso lo que llamaba la atención, sino el conjunto que hacía con el resto.
No se consideraba guapa,del montón, como se suele decir.No debía serlo tanto cuando a sus 24 años no había recibido propuestas masculinas con la frecuencia que las recibían las demás.O quizá fuese su genio...tenía un temperamento fuerte...impertinente y respondón, diría ella, pero era parte de su carácter y que difícilmente podría llegar a cambiar.
Con estos pensamientos caminó hacia un rincón de su habitación donde, sobre una mesita redonda,dejaba cada día un recipiente con agua y al lado un peine. Se arregló el pelo como pudo y se lo recogió con una especie de nudo que solía hacerse para trabajar en los campos.
Se vistió con un vestido de lana sencillo y cogió de la percha una bolsa de tela y su capa,también de lana,con capucha.
_¡Merideth!¡Llegarás tarde!
Un hogareño olor a leche caliente con miel inundaba la crujiente escalera de madera que llevaba a la planta baja.
Allí, como todas las mañanas, la esperaba el viejo Braon para desayunar.
_Buenos días, Braon, siempre te me adelantas_le dijo sonriendo con un rápido beso en la ancha mejilla.
Braon sonrió también.
_O me adelanto o me muero de hambre.Hoy también váis a la colina, ¿no?Ten cuidado,dicen los cazadores que han visto cosas en el bosque.
Merideth se sentó en una de las sillas dispuesta a beber una taza de leche.
_Sí, algo he oído, pero no te preocupes, sabes que sé defenderme.Además, no pienso entrar al bosque, tengo suficientes flores para los adornos de la fiesta.Voy a secarlas y colgarlas, ¿qué te parece?
Merideth miró a Braon sonriente.Esperaba que se preocupara un poco menos por ella, a veces llegaba a resultar agobiante.
Él la miró seriamente con sus castaño verdosos ojos de párpados ya arrugados por la edad.
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Las Gemas Gemelas
FanfictionA los once años, Merideth fue rescatada por el capitán de la guardia de Carlharat, una ciudad de la Tierra Media, al oeste de las Montañas nubladas. Un puñado de orcos casi la matan a golpes para llevársela,junto a la piedra rota que llevaba colgada...