_Será mejor volver ya.Braon se preocupará_dijo Merideth incorporándose_.
La primera estrella había aparecido y la luna casi llena iluminaba apenas la llanura.
Los dos bajaron por la pendiente,no sin que la muchacha tropezara con algunas rocas que apenas podía distinguir.El elfo veía perfectamente y la guiaba desde adelante cogiéndola de un brazo para que no cayera al suelo.
Lado a lado,en silencio, cruzaron el trozo de campo abierto llegando a los ya oscuros campos de labranza.
_¿Mejor?_le preguntó Legolas al ver que de nuevo no pronunciaba palabra.
_Sí_respondió Merideth mientras caminaba_.Te agradezco que me acompañes.
El elfo le sonrió y ella hizo lo mismo.
_Hemos roto el trato, ¿no te parece?_decía ella algo más animada_Sospeché que no iba a durar mucho.
_Si, está roto, y en pedazos.Pero aún conservamos otro_dijo mirándola de reojo_.
Merideth se dió cuenta de que aquel elfo no se rendiría fácilmente.¡Qué testarudo!
_Oh...claro.Supongo que mañana, a la misma hora, en el mismo sitio...desayuno-almuerzo-merienda,etcétera,¿no?
_Exacto.
Merideth suspiró...intentaría sobrevivir.
Legolas la acompañó a casa.
Cuando Braon oyó voces se asomó por la ventana y los vió.Se despidieron, Legolas se fué y ella entró.El hombre dibujó media sonrisa en su cara.
Le preguntó cómo estaba, cenaron normalmente, hablaron sobre los achaques de la edad y se fueron a dormir.
Merideth acudió obedientemente a la plaza.La mañana no estaba muy fría, ni siquiera se subió la capucha.Había anudado su cabello rápidamente y se había colocado la capa por si había algún ser madrugador que la pudiera ver vestida con pantalones.
Legolas llegó casi a su vez al jardín central con el caballo de Braon de la mano.La muchacha montó y salieron.
Sobre la grupa del animal que montaba el elfo había atado un cajón de madera grande con tapa.
_¿Qué traes hoy ahí adentro?¿Más calabacines?_preguntó Merideth burlona.
_No.Unas cuerdas.
_¿Unas cuerdas?¿Es para las clases?
_No.
_¿Y para qué es?
Legolas la miró con el ceño fruncido.
_Para atar a mujeres insistentes y preguntonas como tú y arrojarlas dentro.
_Pues vas listo. Te tirarás de los pelos.
Pasaron por la colina, la dejaron atrás y siguieron adelante, hacia el valle.Cuando llegaron al punto donde se salían del camino a la derecha, Legolas no se desvió, sino que continuó la marcha.
_Eh...era por ahí. ¿A dónde vas?_le dijo la chica detrás de él.
El elfo no se inmutó.
_Hoy no vamos al valle, vamos a otro sitio.
Merideth desconfió.
_Y ese sitio...¿tiene algo que ver con tu misterioso 'plan en mente'?
_No.
_Bueno, y cuándo piensas decirme lo que es?
_Cuando lo considere conveniente, Lady Merideth_dijo él, volviendo la cabeza con impaciencia_.Y ahora vamos, está algo lejos.
Espoleó al caballo y corrió por el camino.
Merideth sonrió y arreó a Ocaso.
Estuvieron un buen rato de camino.El sol apretaba cada vez más y volvía a hacer ese extraño bochorno.Con el bosque a la izquierda,llegaron a un cruce.Un enorme pino seco situado en la esquina derecha marcaba el final del camino,el cual se bifurcaba ahora a derecha e izquierda, y una alta pared de piedra al frente,cubierta de hiedra en muchos sitios obligaba a ésto.Legolas giró por el camino de la derecha y Merideth le siguió, dejando atrás el bosque y siguiendo la pared de piedra, dejándola a su izquierda.
"Este elfo es una caja de sorpresas, siempre intrigándome...y lo consigue... ¿por qué lo hace? Debe ser un comportamiento típico de esa raza, siempre tan...misteriosos.O les gusta darse importancia, a saber."
Lo miraba desde atrás pensativa.Se había quitado la capa y el cabello rubio, muy liso, le caía por la espalda cubriendo parte del carcaj.
"Leah tiene razón. Es hermoso.Bellas facciones, buen porte...y por si fuera poco,un gran guerrero...lo tiene todo."
"¡Merideth!¿¿En qué estás pensando??
"¿Tendrá a alguien esperándolo en el Bosque Negro?"
Con éstos pensamientos seguía Merideth detrás de él, habiendo desistido ya de hacer preguntas, pues nada iba a averiguar hasta que él no quisiera.
El sonido de la cascada que se oía desde el valle era ahora mucho más intenso, pero...¿donde estaba?
Merideth había paseado a veces por alli, pero nunca logró encontrar algún acceso que la llevara más allá. Todo era pared y más pared de roca casi lisa, sin posibilidad de escalarla.Una vez intentó subir por la hiedra, pero los tallos se despegaban de la piedra y le dió miedo.Siempre se cansaba de andar y se daba la vuelta.
Un poco más adelante, Legolas se detuvo.Bajó del caballo y desató el cajón de madera de la grupa.
_Baja, hemos llegado.Dejaremos los caballos ahí detrás pastando_dijo señalando a la derecha del camino_.El elfo sacó los cabezales de cuero de los dos animales junto con las riendas y los ató uno con otro con una cuerda larga.
Merideth pensó que era para que estuviesen juntos.
_Siempre viene cuando lo llamo_le aseguró él, azuzándolos con los brazos y salieron del camino.
El elfo se acercó a la pared de piedra y se puso a despegar ramas de hiedra apartándolas hacia la izquierda.
Había un hueco en la roca.
Merideth se acercó a ver.
_Entra detrás de mí y mira bien por dónde pisas.El suelo está resbaladizo.
Legolas cogió el cajon de madera y pasó dentro seguido de la muchacha.
Frías gotas de agua caían del bajísimo techo mojándoles las cabezas y formando pequeñas lagunas en el suelo.Por las estrechas y oscuras paredes mojadas por la humedad,resbalaban gotas que se iban deteniendo y avanzando cuando encontraban alguna protuberancia de la roca.Merideth podía andar erguida, pero el elfo necesitaba agacharse un poco para no chocar contra el techo..
Había luz a pocos metros. Otro puñado de hiedra, colgando como una cortina,tamizaba la claridad que entraba bañando el umbral en tonos verdosos.
Legolas apartó la hiedra e hizo pasar antes a Merideth.
Lo que la chica vio la dejó sin habla.
Una cascada que provenía del interior de la pared de piedra, justo al frente de aquella especie de agujero redondo al aire libre,derramaba sus cristalinas y seguramente casi heladas aguas a una laguna azul cuyo centro era de un tono mas oscuro debido a la profundidad.La laguna bordeaba la parte inferior de la pared,a la izquierda de la cascada,que estaba cubierta de musgo un par de palmos por encima del nivel del agua.
Un árbol frondoso,junto a una roca gris de un par de metros de alto,se alzaba sobre una orilla tapizada de verde hierba al borde contrario de la laguna donde rompía el chorro de aquella cortina de agua en millones de burbujas blancas y, desde la derecha de la cascada rodeando por casi toda la pared, crecían unas buganvillas enormes cuajadas de flores de color rosa muy vivo.
La muchacha miró al elfo sin poder articular palabra, el cual tenía abierto el cajón ante sus pies y sujetaba un buen puñado de cuerdas finas en una mano y dos agujas grandes en la otra.
_Hoy haremos guirnaldas_le dijo sonriéndole_.
Merideth rió, alegre.
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Las Gemas Gemelas
FanfictionA los once años, Merideth fue rescatada por el capitán de la guardia de Carlharat, una ciudad de la Tierra Media, al oeste de las Montañas nubladas. Un puñado de orcos casi la matan a golpes para llevársela,junto a la piedra rota que llevaba colgada...