Las Gemas Gemelas

Una oportunidad de venganza

Cerel, Leah y Alasmmel habían encontrado a los padres y hermano de la chica.Se quedaron a su lado todo el tiempo.El elfo y Cerel disparaban contra los ya menos numerosos orcos, cargando y disparando sin cesar.

_¡Cerel! ¡Al troll! ¡Hagamos que suelte el ariete!

El chico dejó de apuntar a los orcos para hacerlo contra aquel enorme monstruo. Alasmmel y el padre de Leah lo cubrían, disparando a los orcos que intentaban hacer caer al muchacho lanzando flechas.

Al fin, el troll cayó el ariete al suelo y Alasmmel les gritó a los dos hombres.

_¡Ahora cubridme a mi!_dijo Alasmmel, desenfundando la espada y saltando por la muralla hacia afuera de la ciudad,corriendo hacia el troll.

_¡Alasmmel! ¿Estás loco?¿A dónde vas?_ gritó Leah al verle.

_Me temo_dijo Cerel acertando a uno de los orcos que fue hacia el elfo_que no es la primera vez que hace esto.

_¡Pues será la última, te lo aseguro!_contestó ella, asomándose para divisarlo.

Cerel la empujó hacia atrás y la hizo esconderse bajo el muro de la cornisa.

_¡No salgas!_le gritó_¡Le prometí a Merideth que cuidaría de ti!

Merideth...¿estaría ya de camino a Lorien con Legolas? se preguntaba Leah.

Alasmmel corría esquivando orcos y matando a los que le impedian el paso hacia el troll.Llegó a la cubierta exterior del portón y saltó sobre el monstruo,trepando y agarrándose a las flechas que ya tenía clavadas por el cuerpo.Lo atacó con la espada mientras la mole manoteaba y lo zarandeaba, moviéndose de un lado a otro para hacerlo caer.Justo cuando iba a darle una estocada en la cabeza, un orco montado a un huargo, le saltó encima, tirando al elfo al suelo y haciéndolo rodar por el borde inferior de la muralla.

_¡¡Alasmmel!!_gritó Leah, que había vuelto a asomarse.Cerel la hizo bajar de nuevo y corrió por la muralla para situarse lo más cerca posible de la puerta y tener al huargo a tiro.

La bestia se acercaba, rugiendo, a Alasmmel, que estaba aún poniéndose en pie.El chico apuntó al enorme lobo y disparó, atravesándole la garganta con una saeta.

_Si no soy mercader, seré soldado, no se me da mal_se dijo a sí mismo, y cargó otra flecha, apuntando al orco que lo montaba y eliminándolo también_.

Alasmmel, libre de molestias, atacó de nuevo al troll, enviándole múltiples estocadas y haciéndolo caer al fin.

Los soldados y civiles suspiraron aliviados y se centraron en los orcos,siendo ahora más eficaces contra ellos y haciendo caer a muchos más que antes de que el elfo eliminase al troll.

Frain subió a la muralla y se asomó, viendo al troll caído y a Alasmmel luchando allí abajo contra los orcos.Vio tres huargos con su jinete a cuestas y volvió la cabeza hacia sus soldados.

_¡Abrid el portón!_ordenó a los suyos_¡El troll ha caído!¡Abrid y salid a luchar!

_¡No!_gritó Alasmmel, que lo había oído desde abajo_¡Aún no!¡Que disparen sobre los huargos desde la muralla!

La intención de Frain no era ésa.

_¡Ésta es mi ciudad, elfo de los bosques! ¡Aquí soy yo el capitán! ¡No vuelvas a cuestionar mi autoridad!

Alasmmel se temió lo peor.

_¡Frain! ¡No dejes que entren! ¡No conoces a esas bestias, inconsciente!_insistió el escolta.

El capitán bajó de la muralla sin hacerle caso y, apartando a los soldados, abrió el portón.

_¡Salid!_les gritó a sus guerreros_¡Salid y acabad con ellos!

El batallón de Frain corrió en tropel hacia el exterior, luchando contra los orcos con lanzas, espadas y a caballo,mientras que, a ambos lados del portón, sobre la cornisa de la muralla, los arqueros y ballesteros disparaban sin cesar, menguando un gran número de ellos.

_¡Ya los tenemos!_gritaba un sargento cerca de Cerel_¡Seguid disparando, no dejéis ninguno!

Frain,escondido tras el portón, seguía pensativo.

"No es normal esta clase de ataque...aquí no hay nada que les interese, no hay oro...¿un asedio en una ciudad pequeña...?Están buscando algo, o a alguien, ¿pero qué, a quién?"

Un orco despistado que cargaba su arco, pasó junto al portón, muy cerca de Frain.Éste desenfundó la espada y lo agarró, atrayéndolo violentamente hacia él y escondiéndolo detrás de la gran puerta de madera. Lo agarró del hirsuto pelo de la cabeza, haciéndolo levantarla y le puso el filo de la espada al cuello.

_¿Qué estáis buscando?¿Qué hacéis aquí?

_Buscamos a una mujer joven que tiene una joya.

_¿Una mujer joven? Hay muchas mozas que se engalanan con joyas_eso no le decía nada_.¿Quién es? ¿Cómo es?

_No lo sabemos, no la conocemos, pero creemos que un elfo del bosque la ayuda...

"Una mujer joven, un elfo..."

No necesitaba saber más.

_Avisa a tu capitán. Dile que la tengo yo, y os la entregaré a cambio de que déis muerte al elfo.

Dejó irse al orco, el cual fue a buscar a su capitán.

"Voy a vengarme de vosotros, y sin siquiera mover un dedo"pensó Frain.