En busca del poblado

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"Doscientos cincuenta kilómetros",pensaba Merideth mientras cabalgaba encima del caballo entre la oscura llanura que se abría ante ella."Doscientos cincuenta kilómetros y no sé por dónde empezar, ni si lo conseguiré, ni si me alcanzarán antes incluso de llegar."


Era una decisión verdaderamente descabellada,pero no tenía otra.Legolas no quería mantener a aquella elfa apartada, su ciega confianza le había tapado los ojos y no lo dejaba ver, pero Merideth tenía un mal presentimiento hacia ella.No, no eran celos,¿o sí? aunque Tauriel coqueteaba descaradamente con él... y frente a aquella sonrisa y su encantamiento, parecía dejarse llevar por su voluntad, y aquel amor no correspondido...ahora lo tenía dispuesto, sólo para él,servido en bandeja.


"Basta, Merid, esto que tienes que hacer es mucho más importante y necesario que tus propios sentimientos. Ahora todo depende de ti.Hazlo, y no mires atrás. Corre."


La muchacha arreó a Naurlim mientras sus lágrimas se perdían en la fría noche.



Legolas cogió su arco, espada y dagas, armándose hasta los dientes, mientras Alasmmel lo observaba, inquieto.


Leah salió de la tienda, los escuchó hablar y sabía que algo pasaba.


_¿Qué ocurre?_dijo, viendo cómo Legolas corría de un lado a otro enfundándose las armas_¿Qué ha pasado?


_Merideth se ha ido sola_le dijo Alasmmel a Leah_, le ha robado el caballo a Legolas y se ha marchado al río.


Leah salió corriendo de la tienda y se metió en la de su amiga.


No estaba.


_¿Por qué ha hecho eso...? Oh, no...Tauriel..._recordó ella_No quería que estuviese a su lado cuando...


_Es culpa mía_dijo Legolas, visiblemente apesadumbrado_,debí...Alasmmel_llamó al escolta_, me llevo tu caballo, tengo que alcanzarla.


_Iremos contigo a nuestro paso, os daremos encuentro_respondió él, abrigándose ya con la capa.


_¡No!_lo detuvo Legolas, ya subido al animal y a punto de irse_No acerques a Leah al río...estará infestado de orcos en sólo unas horas.


_¿¿Orcos??¡Tauriel dijo que no había orcos por aqui!


Legolas la miró fijamente.


_Tauriel nos ha dicho varias cosas que no son verdad.Quédate aquí, es una orden_le exhortó a su escolta.


Y, espoleando al caballo de Alasmmel, salió casi volando a través de la vasta pradera.


_¡No podemos dejarlos solos! ¡Alasmmel!_le gritó la chica al elfo cuando Legolas estuvo suficientemente lejos.


Las Gemas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora