Las Gemas Gemelas

Locura en el valle (+18)

Capítulo con lemon. Si no es de tu agrado este tipo de lectura,salta al siguiente.

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La muchacha cerró los ojos y se dejó llevar.Ya no le importaba.Lo único que quería era sentirlo.

Correspondía a sus dulces caricias en la boca ofreciéndole ella lo mismo,notando en su propio cuerpo cómo esa pasión la atrapaba, besándolo con más intensidad.El elfo le acariciaba la cara suavemente y Merideth puso su mano sobre una de las de él, mientras con la otra deslizaba, con la palma abierta,sus dedos por entre el largo cabello de él, desde la nuca hasta la parte superior de la cabeza, lentamente.Legolas separó su boca de la de ella un momento,con los ojos cerrados, sólo para estremecerse levantando la cabeza, y volvió a bajarla buscando los besos de aquella mujer, la que lo estaba volviendo loco sin remedio..

Merideth lo empujó suavemente hacia atrás por los hombros mientras seguía besándolo,hasta hacerlo tumbarse de espaldas sobre la hierba, se le echó encima y el elfo pasó sus manos desde la cara hacia el cuello, bajando por los brazos y de ahí a la cintura, donde sus dedos la apretaron y subió hasta la espalda,acariciándola.

Merideth quería más.

Pasó la punta de la lengua sobre su labio inferior mientras lo tenía atrapado entre los suyos y, con un gemido,la reacción de él fue explosiva.

Se dió media vuelta, con ansia,arrastrando con él a la muchacha, poniéndola ahora a ella debajo de él.Le sacó la túnica por encima de la cabeza, dejándola en corsé, con los hombros al aire.Su boca rodó desde la de la chica hasta su cuello, donde ella sintió erizarse todo el vello de su cuerpo.Merideth soltó un suspiro de placer, a lo cual Legolas se percató y se excitó aún más, besándole ahora la oreja,lo que hizo encogerse a la muchacha y volver a ponerle los pelos de punta.A húmedos besos, fue bajando por el cuello, para llegar a los hombros y luego seguir bajando hasta el inicio del corsé, donde se detuvo,insistiendo una y otra vez con los labios,suavemente,dirigiéndose luego hacia el centro del pecho.Merideth jadeaba de placer.Le tiró suavemente del pelo hacia arriba haciéndole besarla de nuevo y empezó a intentar quitarle la chaqueta con dedos nerviosos.Él la ayudó desabrochando el cinturón y, de un tirón, la lanzó a un lado.El elfo buscó el inicio del cordón del corsé, a tientas,y comenzó a desatarlo,sin dejar de besarla, provocando en ella un deseo imparable. Merideth le sacó la túnica por arriba, la tiró sobre la hierba y le acarició el pecho desnudo.Al fin, el elfo, consiguió desatar el corsé, lo separó,con las manos temblorosas por el deseo,y, tirando completamente del largo cordón, lo abrió,dejando a Merideth desnuda de cintura para arriba.

La chica temblaba por la excitación, y entonces Legolas, fue besándola desde el centro del cuello hacia abajo, lenta y pausadamente, oyendo la rápida respiración de la muchacha que lo instaba con ello a seguir y no parar.Se detuvo entre los dos pechos de ella,siempre rozándola con los labios, y entonces,con una mano,le acarició uno de ellos, notando en Merideth cómo se encogía el pezón y se le ponía erecto.La chica volvió a gemir y Legolas quiso darle más placer,atrapándolo con los labios y moviendo la lengua encima de él.La muchacha estaba fuera de control.

El elfo empujó sus caderas encima de las de ella, notando la chica en su pubis la potente ereccion bajo los pantalones de él.

Merideth no podía más y bajó los brazos alocadamente para llegar a tocarlo por allí abajo. Cuando encontró lo que buscaba,apretó con fuerza, cerrando la mano sobre su miembro, a lo que el elfo reaccionó con un gemido y, tirando violentamente de la ropa de ella hacia las rodillas,la dejó completamente desnuda sobre la hierba, expuesta bajo él.

Pasó sus manos por las caderas y el vientre, y paró justo al llegar al rizado vello.

_Te deseo, Merideth...Merid_le susurraba entrecortadamente Legolas, besándola de nuevo en la boca, moviendo su lengua entre los labios de ella y provocando que ella respondiese igual._No sabes cuánto...

La chica volvió a apretarle allí,sobre la tela,con más fuerza aún, moviendo el puño cerrado de arriba a abajo, con lo que el elfo dejó de besarla, bajando la cabeza contra su pecho para sentir aquello que aquella increíble mujer le estaba haciendo, hasta que no pudo soportarlo más y se bajó la parte superior de los pantalones,haciendo que Merideth dejase la tela para notar el contacto de la piel de su mano sobre él. La chica agarró su miembro y,despacio,muy despacio, comenzó a mover de nuevo su puño cerrado sobre él de arriba a abajo, mientras le besaba con un ardor desenfrenado.Ella volvió a darle otro fuerte apretón, lo que provocó en él otro gemido de placer, cuando ella,con aquella misma presión,volvió a deslizar la piel de él sobre su erección.

_Basta_le rogó Legolas jadeando sobre sus labios,con los ojos cerrados intentando controlarse y la chica relajó sus dedos sobre él_.Ahora.

Merideth guió su miembro hasta su femenina y húmeda entrada y lo rozó levemente con ella,lo cual hizo que, el elfo, al notar ese contacto,se hundiera inconscientemente hasta el fondo, haciendo que Merideth soltara un pequeño grito, mezcla de dolor y placer extremo.

_¿Te hago daño?_le preguntó él, susurrando y altamente excitado_Si quieres paro...

_No..._dijo ella enseguida_Sigue... sigue y no pares.

Merideth le agarró por las nalgas e instó al elfo a moverse apretándolo bien contra ella.Éste, instantáneamente,se dejó llevar por la locura y no pensó en nada más, sólo en estar dentro de ella, sientiendo la resbalosa humedad que le nublaba todos los sentidos y buscando ese mágico momento que estaba a punto de llegar.Merideth jadeaba de excitación con cada embestida y, fuera de sí, le pellizcaba el cuello con los labios, hasta que al fin, una gran y maravillosa oleada de placer supremo los inundó a los dos al unísono,irremediablemente,durante unos intensos segundos, haciéndolos gritar de placer allí, en medio del valle, sobre la fresca hierba.

Legolas, extenuado, estaba echado sobre Merideth,la cual,aún con él dentro de ella, le acariciaba el rubio cabello metiendo los dedos como si su mano fuese un peine.El elfo levantó la cabeza y le acarició la cara.

_Eres increíble_le dijo mirándola a los ojos, con ternura_.

La muchacha le sonrió.

_Y tú eres mágico_susurró,besándolo en los labios dulcemente_.

Legolas volvió a echarse sobre el pecho de la muchacha, feliz.

_Te apuesto todo el oro de Erebor a que tu nuevo maestro no te hace esto.

Merideth rió con la ocurrencia.

_No acepto la apuesta.La perdería con toda seguridad.