Acorralada

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La callejuela estaba desierta y no se veía ninguna luz proveniente de las ventanas de las casas."Todo el mundo está en la fiesta, menos tú, Merid,que tienes que ir a por unos pies nuevos."pensaba.De pronto oyó un ruído tras ella.Se volvió y un gato blanco y negro saltó desde una ventana hacia la calle."Malditos bichos, todos hacen ruido."Cuando se dió la vuelta, se sobresaltó al ver aquella cara conocida.

_Hola, preciosa,¿ya no quieres bailar?Qué pena, ¿te han dejado sola?

Merideth dió un paso atras.Es verdad, estaba sola...en ese momento se acordó de la daga...¡maldita sea! No había estado poniéndosela porque al ir con Legolas no le hacía falta...bueno, al principio sí,pero eso era antes, luego...

_¿No dices nada? Tenemos confianza, Merid, nos conocemos desde hace mucho,¿verdad?

Merideth seguía retrocediendo. Tenía que llegar a casa como fuera.

_Yo no tengo confianza contigo, Frain.Además,estás borracho.Vete a casa a dormir y déjame tranquila, ¿eh?

Frain seguía avanzando hacia ella.

_Te dije que te anduvieses con ojo y te has atrevido a venir hasta aquí sola.Sabías que te seguiría,¿no es así? Eres tú la que me está buscando.Ahora no te quejes.

Merideth decidió correr hacia la plaza. No se atrevería a hacerle nada entre el gentío,aunque su casa estaba mucho más cerca...Arrancó a correr hacia la fiesta, de todas formas,sujetándose la falda del vestido, pero Frain la alcanzó enseguida, tirándola al suelo boca abajo de un empujón.Merideth se intentó levantar pero el capitán de la guardia se lo impidió, empujándola hacia abajo, mientras acercaba su cabeza a la nuca de ella.

_Ahora lo pasaremos muy, muy bien.Compórtate y no grites si quieres salir de esto de una pieza.

Frain levantó a Merideth por el pelo, le tapó la boca con la otra mano y la obligó a caminar hacia su propia casa.La chica estaba muerta de miedo,ese loco era capaz de cualquier cosa...y lo estaba demostrando.

Al entrar en el jardín, la muchacha quiso soltarse.Forcejeó con él, hasta que le resbaló un poco el trozo de melena por donde la había agarrado, se dió media vuelta y le asestó a Frain un puñetazo en la nariz.Éste, debido al inesperado golpe, se llevó las manos a la cara, momento en que aprovechó Merideth para escapar hacia la puerta, intentar encerrarse y buscar algo para defenderse.La daga estaba en su mesita.

Frain reaccionó rápidamente y alcanzó a la muchacha justo antes de que pudiese entrar por el umbral. La volvió a sujetar del pelo y la arrastró por el suelo hacia el jardín.Merideth no se rendía.Recordó una de las clases teóricas de Legolas,cuando le enseñaba donde se encontraban los organos vitales del cuerpo.Se giró y le dio a Frain un puñetazo en el estómago que lo hizo doblarse hacia adelante y, sin esperar un segundo más, le asestó un fuerte codazo en la cabeza.Merideth volvió a encontrarse libre y arrancó a correr de nuevo, pero Frain se repuso demasiado rápidamente y la empujó al suelo, cayendo la chica de bruces y recibiendo un golpe en la frente contra una baldosa del jardín.Mareada y confusa por el golpe, el soldado le dio violentamente la vuelta a la chica y la golpeó en la cara, haciéndole sangrar el labio inferior.Le tapó la boca de nuevo.

_Ahora, maldita arpía, vas a estar calladita y serás una niña buena durante cinco minutos_le dijo, levantándole la falda hasta la cintura.

Merideth estaba aterrada.Cerró fuertemente los ojos llenos de lagrimas,esperando que todo pasara rápido, muy rápido...

De repente, Frain le soltó la mano de la boca y Merideth sintió que ya no lo tenía encima.Apenas se veía entre tanta oscuridad, pero había alguien más ahí que tenía al capitán de la guardia sujeto en el suelo.El brillo de una hoja de metal fué lo único que pudo ver claro y comprendió lo que había pasado.

_¡¡Legolas!! ¡¡No!!_gritó ella desde el suelo.

Merideth se levantó de un salto y corrió hacia ellos.El elfo tenía a Frain boca arriba, inmovilizado con una rodilla en el pecho de éste.La muchacha le agarró el brazo con el que empuñaba la gran daga élfica con la que presionaba a Frain en un lado del cuello, cuyo filo ya lo había hecho sangrar levemente.

_¡Para!¡Nos vamos a meter en un lío si lo matas!_gritó ella intentando apartar la daga de la yugular de Frain_Está borracho, Legolas, iré a denunciar el hecho y lo castigarán severamente.Déjalo ir, por favor...

El elfo miró a Frain fijamente a los ojos, dudando.

_Por favor..._suplicó Merideth apretándole el brazo.

Alejó el filo del cuello del soldado, lo levantó por la ropa y acercó su cara a la suya.

_Si vuelvo a verte cerca de ella, te mataré sin contemplaciones.

Y acto seguido lo soltó y salió corriendo hacia la plaza.


Las Gemas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora