Al acecho del encapuchado

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Había demasiada poca leña cerca.Tan sólo un árbol seco cercano proveía de combustible al fuego con el que se calentaban los elfos, agradeciéndoles su ayuda tras la muerte.


De vez en cuando se levantaba uno de ellos y caminaba por los alrededores, silencioso y cauteloso, deteniéndose a veces para escuchar, y al no percibir nada, volvían junto al fuego y se sentaban.


_Apaguemos el fuego y escondámonos_propuso Alasmmel cuando estuvieron a punto de desistir_quizá por eso no aparezca.Montemos la otra tienda también.


A Legolas le pareció buena idea.


Así su misterioso perseguidor pensaría que se habían ido a descansar y vendría a curiosear cerca.


Echaron unos puñados de tierra en el fuego y quedaron a oscuras, luego sacaron la tienda del equipaje y la montaron rápidamente sobre los palos, junto a la de las mujeres, que ya dormían profundamente sin enterarse de nada.


_Nos colocaremos cada uno tras una de las tiendas_dijo Legolas_, si se acerca,ya sabes qué hay que hacer.Lo queremos vivo.


_Perfecto_afirmó Alasmmel, dirigiéndose a la tienda recién puesta_.


Legolas se metió por detrás de la de las muchachas, no sin echar un vistazo dentro para ver a Merideth dormir.Esperaba que no tuviese pesadillas con aquella patraña que le había soltado junto al fuego.


Allí detrás, agazapado, dudaba que su presa, por muy elfo que fuese, pudiera verlo.Miró a Alasmmel, a su izquierda.Se había armado ya con el arco.


Esperaron allí, en silencio y atentos.


Necesitaban un descanso también. La noche que estuvieron en Lorien la habían pasado con los galadhrim, charlando de sus respectivos hogares y saludando a los conocidos, el día antes estuvieron toda la noche en vela haciendo guardia en la montaña y en ese momento intentaban dar caza a un perseguidor.


A los dos se les caían los ojos, pero no por ello cejarían en su empeño.Lo atraparían e interrogarían.


Algo se movió por la ladera...


Con todos los sentidos puestos, Legolas oyó gravilla rodar no muy lejos.La roca que tenía a su derecha le impedía ver más allá,de donde provenía el sonido, pero era perfecta para esconderse, esperar que pasara frente a la tienda y sorprenderlo por detrás. Movió la cabeza hacia Alasmmel,quien también se había cerciorado, pero no por eso se movió de su posición.Seguía allí, agazapado detrás de la tienda, aguardando el momento ideal.


Legolas sí se movió, se pegó de espaldas a la pared que tenía a su derecha y avanzó con cuidado, lentamente y en silencio, hasta su borde exterior, donde, con precaución asomó un poco la cabeza para mirar hacia arriba, a las rocas de la ladera y ver a la figura blanca descendiendo ,fácil y cautelosa, por las grandes piedras.


Volvió a retroceder enseguida.Estaba más cerca de lo que creía y podría verlo allí asomado.Alasmmel ya tenía su arco preparado y cargado, a punto de entrar en acción a la señal de Legolas.Éste desenfundó con cuidado sus dagas de la espalda y se preparó también, esperando que se atreviese un poco más y se acercase a las tiendas. El momento propicio sería justamente cuando intentase algo frente a las puertas, aunque dudaba que lo hiciera, sería demasiado arriesgado por su parte.

Las Gemas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora