Encuentro inesperado

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Los elfos habian llegado al valle.Desde alli observaron atónitos el panorama que les ofrecía la entrada a la ciudad.Se miraron el uno al otro, entendiéndose a la perfección.

Estaban a punto de entrar.

"No, Merideth..."pensó Legolas.Esperaba que estuviese a salvo, en algún refugio, que Braon la hubiera obligado a esconderse...pero sería improbable que se conformase.

_Vamos, por detrás_dijo_.

Y de nuevo arrancaron a correr, desviándose un poco para rodear la ciudad sin que los viesen.

_Será mejor que nos cubramos bien, Legolas. Si te ven con Merideth sabrán quién es ella.

Era cierto. Si veían a una mujer acompañada de un elfo, levantarían demasiadas sospechas y los seguirían.

Se subieron bien las caperuzas y se abrocharon las capas por delante de arriba abajo. No podían hacer otra cosa.


 Merideth llegó al cuartel y descabalgó.Entró corriendo, atravesando la puerta,abierta de par en par, pero aquello estaba desierto.

_¡Braon! ¡Eh! ¿Hay alguien aqui?_llamaba  a gritos, dejando pequeños charcos de agua en el suelo,mientras abría a toda prisa las puertas de los departamentos que daban al amplio vestíbulo.

Nadie.

¿En el almacén?

Dió media vuelta y salió de nuevo a la incesante lluvia, girando a la derecha hacia la puerta del almacén anexo al cuartel, la cual estaba entreabierta y, de un empujón la hizo abrirse del todo.

Aquello estaba aún más oscuro que el cuartel, pero alcanzó a distinguir en el suelo, desordenadas, varias armas diversas, escudos polvorientos y, al fondo, una catapulta desvencijada. De reojo le pareció ver a alguien a su derecha, junto a la pared.

_¿Braon?_dijo, sorprendida_¡Tenemos que...!


Entonces se dió cuenta de lo que era.

"Estúpida, sólo es una armadura oxidada."

Salió de allí y se quedó pensando bajo aquella tromba de agua... no sabía dónde más buscar.


 Legolas y Alasmmel llegaron a la esquina de la entrada sur de la ciudad, un portón bastante más estrecho que el principal.

Allí había un grupo de orcos no muy numeroso intentando entrar, empujando la puerta y forzándola a golpes, mientras algunos arqueros disparaban desde lo alto de la muralla, comandados por Braon.

_¡Matadlos, rápido,que no entren!_les estaba ordenando a los soldados_¡Ésta puerta no es como la otra! ¡Disparad!

Legolas y Alasmmel descolgaron sus arcos y,desde la esquina, empezaron a disparar furiosamente sobre los orcos quienes, sorprendidos, no se esperaban a aquellos dos guerreros fuera del recinto de la ciudad.Se acercaron a ellos, corriendo,colgándose los arcos para, enseguida, desenfundar Legolas las dagas y Alasmmel la espada y caer sobre ellos, acabando rápidamente con sus vidas.

_¡Alto!_gritó Braon a los soldados al darse cuenta_¡No disparéis!¡Son aliados!¡Abrid la puerta, pronto!_el hombre sonrió al reconocer a Legolas y a su escolta de cabello castaño y bajó de la cornisa por una escalera de piedra.

_¿Dónde está Merideth?_preguntó el príncipe nada más entrar y encontrarse a su gran amigo frente a frente.

_¡No lo sé!Hablé con ella hace un buen rato en la puerta del cuartel y la mandé a Lorien acompañada, pero no quiso partir sin mi y desapareció a caballo_Braon estaba visiblemente preocupado_.¡Debe estar aún en la ciudad, encuéntrala,compañero,ya sabes qué tienes que hacer!_dijo el hombre,mirándolo a los ojos.

Las Gemas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora