Las llaves son para abrir...y para cerrar

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Alasmmel llegó a casa de Leah y desmontó.

 Miró bajo el arbusto y encontró la trampilla. Tiró de la argolla hacia él, pero estaba cerrada por dentro.

 De repente se abrió desde el interior y se vió una mano con una flecha apuntándole a la cara.

 El elfo se quedó helado. No lo esperaba.

 _Leah...soy yo.Baja eso.

 La chica apartó la mano de Cerel,que era quien empuñaba el arma, y apareció,asomándose al exterior.

 _¡Alasmmel, cariño!_gritó, y salió afuera abrazándose a él.

 "Oh...el elfo"pensaba Cerel"¿Éste es el instructor?¿¿También son polígamos??"

 _¿Dónde está Merideth?_le preguntó la chica al elfo.

 _Con Legolas,a salvo.

 _¿¿Quién es Legolas??_preguntó Cerel, harto ya de sorpresas.

 _Mi señor, el hijo de Thranduil_respondió Alasmmel.

 _¿¿Y quién es Thranduil??

 El escolta sospechó que estaría preguntándole hasta el día siguiente.

 _Su majestad,Thranduil,es el rey del Bosque Negro,_dijo,ayudando a subir a Leah al caballo_hogar de los elfos silvanos, y Legolas es su hijo,el príncipe, también instructor de Merideth, y yo soy uno de sus escoltas,Alasmmel, un placer_ahora se acercó a él_.Y tú debes ser el amigo de Merideth.

 Cerel ni respiraba.

 _Eh...hola, sí.Cerel_respondió con los ojos como platos.

 _Bien, Cerel, espero que sepas defenderte_le dijo Alasmmel fijándose en el arco que llevaba el chico en las manos_.Vas a quedarte solo, muchacho.

 _¿Os lleváis a Merideth a Lorien?_preguntó el chico inocentemente.

 Alasmmel miró a Leah buscando una respuesta.

 _Lo sabemos todo.Ella nos lo ha contado.

 _Bien,entonces ya sabéis cuán grave es el asunto.Leah, nos vamos de aquí.

 _¿Qué?_dijo ella,bajando de Ocaso._¡No pienso abandonar a mis padres!¡Ni a mi hermano!

 Alasmmel se acercó a ella.

 _No voy a dejarte aquí bajo ningún concepto, sube al caballo, Leah, por favor.

 _¡No!_gritó, rotundamente_Vete tú, me quedo con Cerel...

 El escolta miró al muchacho. No tenía pinta de guerrero por mucho cuerpo que tuviese.

 _Está bien_dijo, derrotado_.Nos quedaremos juntos_ahora a Cerel_.¿Sabes usar eso?

 _Más o menos..._respondió dudoso_bueno, soy un comerciante, nunca me ha hecho falta usar armas, pero he estado practicando algo.

 _Si sabes dar en el blanco, servirás.Vamos a la muralla.

 En ese momento, un estruendo hizo temblar las casas cercanas, y un sonido de madera astillada llegó a los oídos de los tres compañeros que, instintivamente, se agacharon, sorprendidos.

 _¡Están venciendo el portón!_gritó Cerel.

 El muchacho dirigió la vista hacia los tejados de las viviendas,desde donde podía verse la alta muralla abarrotada de arqueros y ballesteros diaparando sobre los orcos que, junto a un troll enorme, golpeaban la entrada a la ciudad con un pesado ariete,abollándola hacia adentro y haciendo saltar grandes astillas.

Las Gemas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora