Merideth se despertó con el habitual canto del gallo.Se desperezó con ganas y sintió un tirón muscular que la hizo volver a la misma postura enseguida, por el dolor.
Abrió los brazos buscando a Legolas, pero sólo estaba ella en la cama.Se incorporó sobresaltada y miró a su alrededor.Se había ido.
Se lió en la colcha y abrió la ventana.Alli abajo, en el jardin,estaba atado Ocaso al pozo.
"¿Pero qué...?"
No entendía nada.Se dio media vuelta para vestirse y en el suelo,frente a ella,vio un papel amarillento con pliegues de haber sido doblado y vuelto a abrir.Lo levantó y le dio la vuelta.
'Al valle, dormilona, hay trabajo que hacer' ponía escrito a pluma con letra bien cuidada.
Merideth sonrió.
_Por supuesto, no voy a sorprenderme.También tenías esto premeditado.
Corrió a vestirse y se llevó la daga.Debía acostumbrarse y ponérsela todos los días.
Abrió su puerta y miró enfrente, a de la habitacion de Braon.No sabía si habia llegado ya, esperaba que sí, pero no quería abrir y mirar para no despertarlo.Lo comprobaría en la cocina.
Efectivamente, allí, sobre la mesa, se hallaba la bolsa que se llevó la noche antes con el trozo de lienzo dentro, doblado.Estaba descansando.
Merideth se calentó leche y llenó su bolsa con el desayuno.Bebió, se puso la capa y salió al jardín.Al montar en Ocaso, vio que éste llevaba algo prendido en la crin.
Era un capullo de rosa morada.
"Legolas" pensó, sonriendo.La soltó de la crin y miró al cielo, ya estaba claro y la estaría esperando desde hacía un buen rato.
Aún montada a caballo en el jardín,miraba la rosa que llevaba en la mano.Recordó la noche antes.Ese príncipe elfo, tan antipático, prepotente, mandón y serio que le puso una espada al cuello en el bosque y la insultó...¿dónde se había escondido?Quizá Leah tuviese razón y le importase de verdad.O quizá la estuviese seduciendo solamente para...¿podría ser, a éstas alturas? Merideth no podía estar segura de nada. Necesitaba más pruebas.Y más tiempo.
"¿Y tu?¿Qué me dices de ti?¿Qué sientes por él?"
"Yo..."
"Dilo, Merid, reconócelo de una vez.Estás enamorada."
"¿Será?No lo sé.Pero...sería una estupidez, puedo llevarme una decepción y no quiero estropearlo.Lo que sí reconozco con toda seguridad es que no me siento yo misma al estar tan cerca de él, me convierto en otra cosa...como un volcán apagado que de repente entra en erupción,quiero que me toque,me acaricie...me hace sentir segura, desinhibida, confiada... recibo de él y se lo devuelvo con ganas, quiero que goce, que esté cómodo conmigo...y quisiera mantenerlo a mi lado... siempre.
"Eso mismo, querida. Acabas de explicarlo perfectamente."
Merideth dejó su monólogo mental para cuando estuviese en la bañera.Guardó la rosa morada en la bolsa para que no se perdiese y arreó a Ocaso,galopando hacia el valle.
El elfo estaba tumbado de espaldas sobre la hierba aún húmeda,con los brazos en alto y la cabeza sobre las manos.El sol matinal apenas había salido,pero Merideth lo vió desde el camino.
Se apeó allí mismo del caballo y lo dejó suelto.Se sacó las botas y empezó a caminar descalza por la hierba,con cuidado de no hacer ruido.Legolas no se movió, tenía los ojos cerrados y la muchacha pensó que estaba haciéndolo perfectamente.
_Hola, Merideth_la saludó sin moverse un ápice_.Hay que decirle a los guardias que engrasen las bisagras de la portezuela.Las oigo chirriar desde aquí.
La chica se quedó clavada a la pata coja.
_Oh...creí que no me habías oido llegar.
_A ti te he oído incluso abrir las contraventanas de tu habitación_dijo, poniéndose de pie y riéndose_.
_Eso es mentira.Además..._dijo ella,acercándose a él con un tono de lujuria en su voz_parece que ultimamente te gusta mucho mi ventana.
_No te lo voy a negar.Es un acceso directo hacia tu cama_la imitó el elfo, poniéndole las manos sobre su estrecha cintura_.
_Es tuya cuando te apetezca_dijo Merideth_rozando sus labios con los de él_.Buenos días.Y muchas gracias por la sorpresa, me ha encantado.
Legolas se estremeció con lo primero que le dijo.
_Buenos días_le respondió_.De nada_.
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Las Gemas Gemelas
Fiksi PenggemarA los once años, Merideth fue rescatada por el capitán de la guardia de Carlharat, una ciudad de la Tierra Media, al oeste de las Montañas nubladas. Un puñado de orcos casi la matan a golpes para llevársela,junto a la piedra rota que llevaba colgada...