Confidencias

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La chica ya estaba al pie de la colina.

Al fin se decidió parar y mirar atrás.¿No estaban?¿Seguían en el bosque?"Ufff,le he tirado un jarrón de barro encima al hijo de un rey...armado, por si fuera poco y con una peligrosa escolta...¿por qué no me han disparado? Desde luego hubieran podido hacerlo sin problemas".

Miró a lo alto de la colina y empezó a subir la cuesta, sin dejar de echar frecuentes miradas hacia la linde.

Frain seguía por allí...le vería la cara, le preguntaría, se alarmaría, la cuadrilla se asustaría...y se formaría un revuelo en la ciudad...y Braon la encadenaría a un poste, sumado al disgusto que se llevaría.

No quería eso.

"Tómatelo con calma, Merid, respira, bien, sigue así"

_¿Ya de vuelta?¿Dónde demonios has metido el agua?

Merideth se sobresaltó al oír la voz de Frain.

_Oh...pues..._"un príncipe elfo, hijo del rey del Bosque Negro, me ha amenazado con su espada elfica,le he tirado el jarrón a la cara y he corrido más que sus soldados y sus flechas"_se me ha caído el jarrón al suelo y se ha roto, pesaba mucho.

Frain la observaba incrédulo.

_¿Cómo te has destrozado así el vestido? Estás llena de arañazos,vaya desastre eres.Ve arriba con los demás y sigue con tu trabajo.Me acercaré a la ciudad a por agua...por cierto, el jarrón te lo descontaré de tu salario, no te quepa duda.

Merideth suspiró con alivio al ver a Frain bajar hasta su caballo, que pastaba tranquilamente al pie de la colina, ajeno a todo.

Menos mal que el jefe de la guardia no tenía muchas luces, aunque quizá ella fuese tan buena actriz que no se había dado cuenta del estado anímico en que se encontraba.

Se inclinaba más por la primera opción.

"Definitivamente, hoy no es mi día" pensaba mientras subía colina arriba a continuar rastrillando,amontonando, atando, cortando...

_¡Merid! ¿Dónde est...?

 Su amiga llegó corriendo hacia ella al verla con el pelo suelto y desmañado. Cuando estuvo a su lado se fijó en los desgarros que había sufrido la falda del vestido y los multiples arañazos que llevaba en las manos, en la sien y en el cuello.

_No preguntes, Leah..._respondió Merideth recogiéndose el cabello en un nuevo nudo.

_¿Ha sido Frain?¡Dime!¿¡Ha sido él, verdad!?

Algunas cabezas se levantaron alertadas por los gritos de Leah.

_¡Ssshhhh! ¡Cállate! No ha sido él.Te lo contaré luego mientras almorzamos...deja que me recupere un poco del susto.

Leah se quedó preocupada pero conforme.

  El elfo pensaba que aquella joven mujer hablaba demasiado.No lo podía creer...¿le estaba plantando cara? ¿Y qué era lo que...?Había algo en ella que no terminaba de comprender...algo indeterminado que no alcanzaba a descifrar.Pensó que lo mejor sería dejarlo estar, no hacía falta escandalizar a nadie sin necesidad.

Aquella muchacha era inofensiva, no cabía duda...aunque fuese tan desvergonzada.

Y cuando se adelantó hacia ella para tranquilizarla,un jarrón de barro se proyectó hacia su cara.Lo atajó en el aire justo a cuatro dedos de su objetivo.

_¿Pero qué...?¡Eh!

La muchacha había huído a lo largo del riachuelo igual que una liebre.

Se oyeron un par de risitas ahogadas detrás suya.

Las Gemas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora