8 diciembre - x491

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Mientras Kaien repasaba lo que tenía que hacer ese día, entró uno de los guardias con un mensaje del rey llamándolo a una reunión de emergencia. El primer pensamiento de Kaien en ese momento fue que el rey de Kuvar les había declarado la guerra, pero cuando llegó a la Cúpula supo realmente lo que había sucedido.

La hija del Gran Concejal Kuchiki había desaparecido y el hombre estaba desesperado por encontrarla. 

Lo pusieron al día con todos los detalles de la situación y así se enteró de que ya habían buscado a la chica por todo el palacio y no la habían encontrado. Ichigo llegó unos momentos después, despeinado, su ropa arrugada y un poco confundido, pero se recuperó rápidamente cuando le dijeron que su prometida estaba perdida.

Kaien solo lo miró y lo primero que pensó fue lo habían interrumpido mientras se cogía a su amante.

Ichigo era realmente un descarado.

El rey formó los grupos de búsqueda e Ichigo inmediatamente se ofreció a ir con el grupo que se dirigía al bosque por el acantilado. Kaien se ofreció a unirse al grupo de búsqueda que comenzaba desde el templo de las Deidades hasta el cementerio cerca de la arboleda.

Cuando llegaron a donde el rey les había asignado, comenzaron a llamar a la chica Kuchiki por su nombre en voz alta, esperaban un momento en silencio para escuchar si contestaba y nuevamente la llamaban. Lo peor que le podía pasar a la chica era caerse por el acantilado y morir de un golpe en la cabeza. Nadie que se cayera del acantilado sobrevivía y él lo sabía muy bien.

Comenzaron a entrar a la arboleda, las horas pasaban rápido y estaban llegando al cementerio cuando escucharon un gemido muy débil, de inmediato se trasladaron a donde creyeron haberlo escuchado. Volvieron a gritar el nombre de la chica y se volvió a escuchar el gemido en respuesta, hasta que un soldado gritó que la había encontrado detrás de una vieja lápida.

Kaien llegó a donde estaba el soldado y pudo ver a la chica Kuchiki que estaba asustada, temblando y balbuceando muchas cosas que Kaien no podía entender. Los soldados ya le habían quitado la mordaza de la boca y le estaban cortando las ataduras de las muñecas y los tobillos para liberarla. 

Sin perder tiempo, Kaien la cargó en brazos y regresó con ella al castillo. La chica Kuchiki era realmente ligera y se aferraba a él con fuerza, como si temiera que eso no fuera real, incluso podía sentirla temblar y sollozar, pero lo que llamó su atención fue un inconfundible aroma a menta que emanaba de ella.

Uno de los soldados en su grupo de búsqueda se adelantó, así que cuando llegaron al palacio, el rey y el padre de la chica los estaban esperando. Kaien no la bajó, sino que se acercó al concejal Kuchiki y le dio a su hija en sus brazos, como si le estuviera regalando un tesoro precioso. Fue en ese momento que la chica empezó a llorar y a decirle a su padre lo asustada que estaba y todo el miedo que había sentido mientras estaba allí.

El concejal Kuchiki llevó a su hija en brazos adentro del palacio y el rey envió a un grupo de soldados para advertir a los demás que ya habían encontrado a la chica Kuchiki. Kaien fue con ellos detrás del rey y el concejal, él la había encontrado y tenía curiosidad por saber por qué había terminado en el cementerio, pero sobre todo, cómo alguien podía ser secuestrado dentro de los terrenos del palacio.

Él había crecido y se había criado como el Segundo Príncipe, el futuro Comandante en Jefe del reino, el hombre que lideraría el ejército cuando fueran a la batalla y cuyas órdenes estaba solo por bajo de las órdenes del rey. Él conocía cada parte del palacio, conocía las entradas que nadie más conocía y conocía a los soldados, eran sus soldados, eran sus hombres.

Un secuestro dentro de los terrenos del palacio era imposible, pero la chica había sido secuestrada. Eso daba mucho en qué pensar y dejaba mal la seguridad del reino y de la Casa Real.

El Ruiseñor || IchiRuki FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora