El soldado que ingresó a su oficina esa mañana no estaba solo, lo acompañaba un extranjero cuya vestimenta lo distinguía como parte del reino de Gardelia. No fue difícil reconocer esa ropa porque Ichigo conocía a los soldados de ese reino.
— La señorita Kuchiki ha abandonado el palacio, Comandante, y actualmente se dirige a la ciudad en compañía del Capitán Abarai. — Dijo el soldado. Ichigo asintió y el soldado hizo que el enviado extranjero caminara hacia su escritorio con la mirada baja. — Y este hombre dice que tiene un mensaje para usted, no quiso decirnos cuál es. Dice que le han ordenado que le entregue el mensaje sólo a usted, Comandante.
Ichigo cerró los ojos y se frotó el puente de la nariz con el pulgar y el índice de su mano derecha. Se quedó en silencio por un momento e hizo un movimiento con la mano para que lo dejaran a solas con el enviado extranjero.
— Bien, ¿Cuál es el mensaje? — Preguntó Ichigo sin querer escuchar lo que ese hombre iba a decir.
El hombre era un soldado de Gardelia y, por inesperada que fuera la presencia de ese soldado en el palacio, Ichigo sabía que no podía significar nada bueno. El soldado buscó entre su ropa y sacó una pequeña caja alargada que le entregó a Ichigo con una reverencia.
— Su Alteza. La princesa Yoruichi le envía este regalo por su futuro matrimonio. La princesa me ha ordenado que espere una respuesta suya. También me ha ordenado que le diga que debe abrirlo en privado.
Ichigo tomó esa caja, estaba hecha de madera gris tallada a mano y lacada; no era pesada, por lo que el contenido tenía que ser algo ligero, e Ichigo supuso que era una carta junto con algo más.
— Está bien, puedes salir. Espera fuera de mi puerta por una respuesta para tu princesa.
El soldado de Gardelia le hizo una reverencia y salió de la oficina dejándolo solo con el regalo de Yoruichi.
El primer impulso de Ichigo fue arrojar esa caja al fuego, quemarla y olvidarla, pero una parte de él tenía curiosidad por saber qué le había enviado ella, y por un momento miró fijamente la caja, que descansaba en ese momento sobre su escritorio, preguntándose si abrirla o no. No era la primera vez que recibía un regalo de Yoruichi. Mientras estuvo en Vayalat, durante los meses que estuvieron separados, Yoruichi solía enviarle regalos que siempre llevaban una firma muy peculiar e Ichigo sabía que encontraría esa peculiaridad cuando abriera la caja.
Yoruichi no le había enviado nada desde el día en que rompieron, y tampoco él lo había hecho; estaba molesto por la actitud que ella había adoptado cuando rompieron, pero él también era en parte culpable de esa separación. Ese romance había sido efímero, como las pasiones, ardió en el momento equivocado y continuó ardiendo hasta que se consumió por completo.
En ese pasado Ichigo estaba seguro que él sería el heredero, por lo que no tuvo reparos en estar con Yoruichi, porque sabía que podía elegir con quién casarse y sabía que Gardelia era un buen reino para ser un aliado; en ese momento, ese recuerdo era viejo y tonto. Si nada se hubiera salido de control, si Yoruichi no hubiera querido más de lo que ellos tenían en ese momento, si su padre lo hubiera nombrado heredero... si la hubiera amado de la forma en que ella quería que él lo hiciera, entonces en ese momento estarían casados y Gardelia sería suyo.
Al final decidió abrir esa caja, Ichigo sintió que se lo debía a Yoruichi por la forma en que habían terminado esa relación y por la forma en que se comportó con ella al final antes de usar a los mercenarios como excusa para huir dejando a su madre a cargo de ese problema. Habían pasado años desde eso, ambos habían crecido, ambos habían madurado, o al menos eso esperaba él.
Abrió la caja y el olor llegó antes de la visión, Ichigo supo de inmediato que la caja contenía la gardenia blanca que Yoruichi solía enviar cada vez que le enviaba un regalo; esa era su firma. Tomó la flor para mirarla y eso le hizo sonreír, le trajo recuerdos de un pasado tan lejano en Vayalat, algunos recuerdos de la infancia y otros no tan infantiles, y todo era relacionado con Yoruichi porque ella solía oler como esas flores.
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El Ruiseñor || IchiRuki FF
FanfictionIchigo regresa al reino después de completar su educación en el reino de su madre, se supone que él es el heredero, se supone que todo está bien y se supone que nada va a cambiar. Se supone. Ichigo ha aprendido, de una manera cruel, que su padre no...