Rukia salió de su habitación muy temprano para despedirse de su amiga, sabía que no volvería a ver a Orihime por un tiempo muy largo pero su amiga le había prometido que la invitaría a su casa en Eikaran cuando fuera prudente hacerlo. Rukia sabía que Orihime se iba a casar con Ulquiorra, así que le deseó buena suerte y felicidad en su futura vida.
Ella estaba feliz por su amiga, Orihime había encontrado la felicidad en la persona que correspondía a sus sentimientos y por quien tanto había esperado. Rukia entendía las razones por las que Ichigo había elegido a Orihime como Inamorata, entendía el trato que el Concejal del Dinero le había propuesto y entendía que la sonrisa de su amiga era porque ella realmente fue salvada por Ichigo.
Rukia había visto a Orihime temblar ante la perspectiva de ser la amante de un príncipe porque ella sabía cuales eran los sueños de su amiga y porque sabía que cuando Orihime tuviera que dejar el palacio, ella se tendría que casar con quien ellos dispusieran. Y Rukia conocía perfectamente bien el sentimiento de verse obligada a casarse con alguien que no se deseaba.
Cuando ella se volviera reina, acabaría con las inamoratas.
Rukia entró al castillo y se dirigió a la habitación de la reina para tomar sus clases del día pero cuando entró, se dio cuenta de que el príncipe Kaien estaba con la reina. Eso fue un poco incómodo. Ella no había estado con el Príncipe Kaien, en la misma habitación, desde el incidente del secuestro falso y su relación fluctuaba entre la amistad cordial y la lejanía social.
— Su Majestad, Su Alteza, no quise interrumpir. Me retiro. — Dijo Rukia inclinándose pero la reina le impidió salir de la habitación.
— Señorita Rukia, usted es la persona que estábamos esperando. — La voz de Kaien la hizo volverse para mirarlo con curiosidad. La reina le hizo un gesto para que se acercara a ellos, y Rukia se acercó a la reina tratando de alejarse un poco de Kaien.
— Su Alteza, ¿en qué puedo serle útil? — Preguntó Rukia mirando a Kaien, él señaló las cajas de joyería que estaban abiertas sobre la mesa.
Rukia no había notado las joyas y estaba empezando a ponerse nerviosa. No estaba nerviosa porque iba a mentir, la reina le había dicho que de verdad la secuestraron esa noche y eso era lo que tenía que creer para que su cuerpo no la delatara, sino porque temía ser descubierta.
La clave de las mentiras era que tenía que creerlas primero antes de intentar hacer que los demás las creyeran.
— El príncipe Kaien está eligiendo uno de los anillos ancestrales de la familia para proponerle matrimonio a la señorita Nelliel. Y la estábamos esperando, señorita Rukia, para ayudarnos a elegir uno que sea apropiado para ella. — Aclaró la reina haciendo que Rukia se sentara a su lado.
— Oh... — Fue lo único que dijo antes de mirar todas las joyas en los cofres.
Rukia no entendió la petición de la reina porque ella no conocía a Nelliel, no eran amigas, no tomaban el té de la tarde y no iban de compras a la ciudad los fines de semana. Rukia no conocía los gustos de Nelliel y no les prestó atención cuando ambas pertenecían a la Corte de la Reina; sin embargo, ella ya estaba allí y tenía que ayudar, o al menos adivinar un poco sobre los gustos de Nelliel.
En los joyeros que estaban sobre la mesa no solo había anillos, también había aretes y brazaletes hechos con piedras preciosas. Rukia todavía se sentía incómoda estando con Kaien, después de todo, el secuestro había sido un plan para acercarse a él y engañarlo; un plan que había salido mal.
Las joyas que allí se encontraban eran propiedad de la Casa Real, todas habían sido pagadas con dinero del reino y fueron heredadas de generación en generación; cada nuevo miembro agregó las joyas más valiosas que tenía para las generaciones futuras. Las nuevas joyas eran hermosas y valiosas, pero las joyas heredadas, aquellas que tenían historia o habían sido parte de la historia, como la Corona de Guerra de la Reina, eran mucho más valiosas.
— Este es el Anillo de la Reina. Se le da a la futura esposa del heredero al trono. ¿Estás seguro de que no quieres dárselo a Nelliel? — Le preguntó la reina a Kaien entregándole un anillo que estaba solo en su estuche.
El anillo era realmente hermoso, era un zafiro realmente grande que estaba rodeado de pequeños diamantes, el anillo era de oro y en el interior estaba grabada la frase: "Para la Reina de Avanta". Rukia se sorprendió por la sugerencia de la reina, sabía que la reina ya no estaba molesta con Nelliel pero no se imaginaba que aceptaría tan gustosamente entregar un anillo así. Por lo que Rukia sabía, la reina no quería a Kaien en el trono.
— Madre, me encantaría dárselo a Nelliel, pero no sé si sería apropiado. Sé que esperabas dárselo a Ichigo. — Respondió Kaien mirando a la reina.
Con esas palabras, Rukia se dio cuenta de que todo era una prueba de lealtad y ella era la testigo. Si la reina decía que se lo deseaba entregar a Ichigo, solo estaría afirmando que quería a Ichigo en el trono y se consideraría que ella podría considerar traicionar a Kaien y al rey. Esa era otra lección que la reina le estaba dando a Rukia.
— Ichigo lo entenderá. Tú eres quien debería dárselo a Nelliel. Tú serás el rey, Nelliel será la reina y todo esto le pertenecerá.
— Será un honor para Nelliel llevar este anillo, madre. — Kaien besó la mano de la reina en agradecimiento antes de levantarse de su asiento para despedirse.
La mente de Rukia estaba trabajando tan rápido como podía para procesar por completo lo que acababa de suceder, pero antes de que ella pudiera externar sus dudas a la reina, la Kahya entró a la habitación con un libro enorme en sus brazos.
— Devuelve las cajas de joyería a su lugar, Retsu. — La reina señaló las joyas. — Hoy comenzaremos los preparativos para la cena de compromiso de Kaien y Nelliel. Será una cena sencilla, solo la familia, los concejales y un par de invitados más. Lo haremos en el jardín blanco, el que tiene ese mármol que brilla con la luna.
— Su Majestad. — Rukia empezó a hablar, porque necesitaba saber por qué la reina le había dado ese anillo a Kaien. La reina sonrió y tomó la mano de Rukia gentilmente.
— No te preocupes tanto, es solo un anillo. — La reina le sonrió a Rukia y luego comenzó a hablar con la Kahya.
Rukia quedó más confusa. ¿Era un prueba de lealtad o algo sin importancia? Como fuera que sea, Ichigo tenía que saberlo.
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El Ruiseñor || IchiRuki FF
Hayran KurguIchigo regresa al reino después de completar su educación en el reino de su madre, se supone que él es el heredero, se supone que todo está bien y se supone que nada va a cambiar. Se supone. Ichigo ha aprendido, de una manera cruel, que su padre no...