Uryu estaba exhausto, esa noche era demasiado larga y sabía que no debía dormirse porque Ichigo no se quedaría encerrado en esa prisión; lo más probable es que Ichigo escapara de esa prisión por la noche mientras todos dormían. Renji estaba entretenido con Kholtan y también estaba esperando que sucediera algo, solo eran ellos dos porque la caravana de cosas de Ichigo estaba estacionada a las afueras de la ciudad de Maranni, fuera de la vista de todos.
El mayor problema que iban a enfrentar era que tenían que atravesar la ciudad, pasar por dos puertas y salir de allí. Uryu sabía que inevitablemente debían matar a los guardias que custodiaban las puertas pero le preocupaba que esta vez no fueran tan rápidos como cuando se infiltraron en Verasi.
— Alguien viene. — Dijo Renji levantándose del suelo y Kholtan levantó el vuelo.
Renji y Uryu se escondieron entre los árboles a los lados del camino pero dejaron el fuego encendido, cada uno con un arco en la mano, listos para matar si era necesario. Ichigo apareció montando a caballo con Rukia protegida por su cuerpo y él parecía agitado y agotado.
— ¡Vámonos! — Gritó Ichigo y una flecha pasó volando por su brazo, hiriéndolo. — ¡Ahora!
Eso alertó a Renji y Uryu quienes inmediatamente subieron a sus caballos para irse de ahí ya que en la distancia podían escuchar gritos y sonidos de cascos de caballos que se acercaban para detenerlos.
— ¿Qué pasó? — Preguntó Renji entre gritos mientras avanzaban por el camino. Las antorchas que custodiaban la entrada a la ciudad de Maranni se podían ver brillar en la distancia.
— Mi cuñado se enojó. — Dijo Ichigo con ironía, pero no detuvo al caballo. — Maten todo lo que se mueva, me ocuparé de que pasemos por esa ciudad.
Uryu notó que la voz de Ichigo sonaba cansada, como si estuviera reuniendo toda su energía y voluntad para resistir lo que estaba sucediendo esa noche. Uryu no sabía cómo Ichigo los llevaría a través de la ciudad pero confiaba en él, tenía que hacerlo porque era la única esperanza de salir vivo de allí.
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— No tengas miedo, yo te protejo. — Le susurró Ichigo a Rukia. Ella solo asintió a sus palabra y lo abrazó. La había sentado en el caballo de tal manera que su cuerpo la cubría completamente. Rukia era pequeña, era fácil de cubrir.
Byakuya estaba detrás de ellos, persiguiéndolos con varios soldados a caballo, y había ordenado a los hombres que estaban con él que dispararan flechas en la oscuridad. Lanzar las flechas así era peligroso y podría lastimar a Rukia. Ichigo maldijo a Byakuya por aquello, Byakuya podía lastimar a su propia hermana.
La familia de Rukia realmente quería evitar que se la llevara y le dijera al rey lo que estaba sucediendo allí, tanto así que lastimar a Rukia se había convertido en una opción si eso los detenía. Con cada acción que tomaban contra él, contra Rukia, Ichigo agregaba una tortura más a sus muertes.
Ichigo entendía el resentimiento que tenía el padre de Rukia contra el rey, porque era algo similar a lo que él sentía, porque era algo que él haría si alguien le hiciera lo mismo a sus hermanas. Él le había dado a Soujun una opción pero el hombre no la había aceptado e Ichigo no podía hacer nada para cambiarlo, solo proteger a Rukia de la tormenta que la familia de ella estaba por desatar.
Todo podría haber sido diferente si el padre de Rukia hubiera aceptado matar a Kaien, tal vez podrían ser aliados pero eso no sucedió.
El ankh estaba drenando su energía con cada segundo que pasaba pero Ichigo sabía que tenía que aguantar, al menos hasta que salieran de la ciudad, así que solo abrazó con fuerza a Rukia y la desmayó de la misma manera que había hecho antes en la prisión. Él sabía que Rukia estaba protegida por el anillo de su abuela y que ella estaría bien, y si él moría esa noche, al menos Rukia no lo vería morir.
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El Ruiseñor || IchiRuki FF
FanfictionIchigo regresa al reino después de completar su educación en el reino de su madre, se supone que él es el heredero, se supone que todo está bien y se supone que nada va a cambiar. Se supone. Ichigo ha aprendido, de una manera cruel, que su padre no...