La luz del sol que se filtraba por los pliegues de las cortinas la despertó, la habitación estaba fría porque las ventanas estaban abiertas pero las sábanas le daban suficiente calor para no querer levantarse de la cama; el colchón era suave, al igual que las almohadas y las sábanas.
Rukia giró sobre su lado derecho solo para encontrar a Ichigo dormido junto a ella, sin camisa y con la espalda descubierta, lo que le permitió ver ese extraño tatuaje. Rukia volvió a admirar el tatuaje que Ichigo tenía en la espalda, tan grande y complicado que ni siquiera podía encontrar una forma definida; eran hojas, higueras con espinas, a veces pensaba que veía flores o animales, pero era sólo el efecto de las líneas que se cruzaban lo que hacía que su mente encontrara una forma.
Ese tatuaje contaba una historia, solía decir Ichigo, pero Rukia dudaba que hubiera una historia que pudiera contarse. Ese tatuaje, al igual que Ichigo, era mágico y cambiaba de vez en cuando.
Algún día le preguntaría a Ichigo qué historia contaba ese tatuaje, pero en ese momento Rukia solo estaba delineando con sus dedos lo que ella creía que era una higuera espinosa; le dio un beso en el hombro a Ichigo, quien aún dormía, y se acomodó entre las sábanas para volver a dormirse.
Estaba tan cómoda que sentía que pronto se quedaría dormida. Sintió como el sueño volvía a apoderarse de ella y la arrastraba de nuevo al descanso, cuando algo la hizo abrir los ojos abruptamente.
— ¡Es de mañana! — Susurró en un jadeo alarmado al darse cuenta de que se había perdido la cena con la Reina Madre.
Rukia se levantó de la cama, sin importar si estaba haciendo ruido o no, y trató de despertar a Ichigo.
Perderse esa cena la asustó un poco. La reina madre la intimidaba, a pesar de que Rukia solo la había visto el día de la boda, y quería causar una buena impresión a su llegada al Palacio del Sol, pero evidentemente eso ya no sería posible.
Ichigo solía tener el sueño ligero, producto de todos esos años de entrenamiento y guerras, así que cuando ella lo movió y él no se despertó, se asustó.
— Ichigo... despierta Ichigo. — dijo Rukia, pasando de un susurro a una voz cada vez más audible, sin dejar de moverlo para despertarlo.
Él siempre sabía cuándo ella se despertaba, y debió sospechar que estaba profundamente dormido cuando besó su hombro y él ni siquiera se movió.
Rukia se estaba desesperando y estaba a punto de verterle una jarra de agua que estaba sobre la mesa para que él reaccionara, cuando sintió la mano de Ichigo en su cintura tirando de ella hacia la cama. Rukia se sorprendió, pero Ichigo tenía más fuerza que ella, y ella no luchó contra ese agarre.
Ambos se acostaron en la cama y Rukia ya no intentó despertarlo porque él ya estaba despierto.
— Es demasiado temprano para estar despierto. — murmuró Ichigo, acomodándose en la cama y abrazando a Rukia como si ella fuera una muñeca de peluche.
— Es demasiado tarde para cenar. — respondió Rukia, atrapada en ese abrazo, sintiendo una calma que era inusual y esa leve calidez en el anillo en su mano. — Deja de usar magia para relajarme, esto es serio. Ichigo, no llegamos a cenar, nos quedamos dormidos.
Rukia pensó que Ichigo iba a abrir los ojos sorprendido por esa frase, pero en cambio, abrió un ojo perezosamente, enfocándolo en ella. Rukia se quedó mirándolo, sin entender lo tranquilo que estaba Ichigo en ese momento, y sintió ganas de golpearlo.
— ¿Que está pasando? — preguntó ella mirándolo.
— Le dije a la Kahya que no íbamos a cenar. — confesó Ichigo, mirándola con una sonrisa culpable.
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El Ruiseñor || IchiRuki FF
FanficIchigo regresa al reino después de completar su educación en el reino de su madre, se supone que él es el heredero, se supone que todo está bien y se supone que nada va a cambiar. Se supone. Ichigo ha aprendido, de una manera cruel, que su padre no...