Capítulo 25

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Tyler



Los acordes de una guitarra hay que saber tocarlos con bastante paciencia y con serenidad. No puedes forzar algo en lo que, evidentemente, necesita su respectivo tiempo y espacio para que tome forma. La gente en el transcurso de la vida, siente la necesidad de aprender lo más rápido posible en cualquier tema para poder llegar a sentir emociones fuertes y hacerse creer a sí mismo de que es alguien con una mente brillante e increíble. Y somos muy estúpidos en tener esa manera de pensar tan cotidiana.

Debemos de presionar el freno con fuerza ante estas circunstancias tan admirables y que nos llenan de vida. Vivir es lo más bonito que nos ha podido llegar a pasar en toda nuestra existencia, y es una lástima correr demasiado y no presenciar con determinada atención los cientos de escenarios que nos regalan. Por eso, la paciencia es algo primordial en el alma y los sentimientos del ser humano: hay que aprender, valorar, caer, cagarla... Porque todo esto es natural en todos nosotros. No es nada raro ni extraño que suceda..., somos seres humanos, y divertirse, reír y aprender está dentro de nosotros desde el primer momento que lanzamos un llanto al mundo.

Hasta poder llegar a enamorarse de alguien puede llegar a sonar algo con bastante carga y pesadez para muchísimas personas, pero, ¿y lo bien que puede llegar a estar nuestra alma si conseguimos paso a paso lograr hacerlo de la manera más bonita y encantadora posible...? No hay que cerrar puertas a nada en la vida. Solo es una. Y hay que saber exprimirla lo máximo posible e ir despacio. Saboreándola. Sintiéndola. Abrazándola... Viviendo los diversos escenarios que nos regala para poder llegar a nuestro último suspiro en la cama de un hospital, y cerrar los ojos lentamente al saber que tu misión aquí ha terminado con éxito.

Aquello que dejamos a mediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora