- Valeria -
Los sucesos más surrealistas me tienen que suceder a mí. Valeria Ocaña. ¿Porqué a mi, universo?, no soy la única mujer en el planeta, no me trates de esta manera. Al salir del aeropuerto de Francia, nos pusimos de acuerdo en pedir un taxi y que nos dejara en la torre Eiffel para poder contemplar aquel maravilloso y majestuoso monumento, que tantas veces he soñado en poder verlo en primera persona.
— Estaba cañón— dijo Olga.
— ¿El avión? — Dije girando mi cabeza hacia mi gran amiga—, la verdad es que para ser nuestra primera vez es de lo mejor que me ha pasado.
— Mis teorías son ciertas, eres estúpida .
— ¿Y eso a qué viene?
— Cómo va a estar cañón un avión, imbécil— dijo Olga para acto seguido, ofrecerme un golpecito en la parte trasera de mi cabeza.
— Pero si te caía mal...
— Olvida eso, acabas de perder la oportunidad de tu vida con uno de los tíos más atractivo físicamente que he visto a lo largo de toda mi pésima vida— dijo Olga, cruzándose de brazos un poco indignada debido a mi actitud frente al chico.
— No le he dejado de seguir la pista — me incorporé en el asiento de una manera muy escurridiza.
— Qué dices ahora niña estúpida, uf, de verdad. Me desesperas de la mejor manera.
— Tengo su número.
— Y yo estoy casada con Leonardo DiCaprio.
Al ver que no se creía mis palabras, retiré de mis bolsillos un pequeño papel arrugado y lo desplegué para que Olga sintiera la envidia en todo su metro cincuenta y tres.
— ¡DIOS MIO! — Gritó Olga, para acto seguido arrebatarme el pequeño papel—. Tienes que ir a verle, ¡por eso preguntaba tanto por el Louvre!
— Muy ingenioso ese chico— añadió Anna, que estaba sentada justo a mi lateral izquierdo en aquel taxi—. Opino lo mismo que Olga, debes de ir a verle.
— ¿Y si es un pederasta que se dedica a secuestrar niñas de nuestra edad?
— Querida, si fuera un pederasta, la funda de guitarra que portaba en su otra mano se contradice con tus argumentos.
— Olga, ¿llevaba una guitarra?
— Sí.
— Ósea que es músico.
— Valeria, cariño, hemos hablado con él durante cinco minutos, no más. Cómo quieres que sepa eso si no lo conozco.
En ese momento, desbloqueé el móvil para armarme de valor y llamar a Tyler... si debo de ser sincera, Olga y Anna estaban más nerviosas en que hablara en vez de yo.
—Vaya...
— ¿Qué sucede? — dice Anna, mirando directamente a mi pantalla del teléfono
— ¿Estamos en diciembre verdad?
— Claro, ¿por qué?, ¿Qué ha ocurrido?
— Nada, solo que, me ha llegado una notificación de las noticias. Al parecer se cumplen dos meses del asesinato de un profesor en un internado de Madrid.
— ¿Un asesinato?
— Sí, fue terrible, me acuerdo porque en su momento leí algo en Twitter relacionado con esta noticia... el internado Goya o algo así creo que se llamaba el lugar.
— En fin... el mal nunca descansa
Nos pasamos todo el trayecto hablando sobre la noticia e intentando explicarle a Anna todo lo que sucedió. Alrededor de cuarenta minutos, llegamos a nuestra parada tan esperada... y la verdad es que era hermosa. Era muchísimo más grande de lo que podía imaginarme, y para poder verla al completo, tienes que posicionarte con tu cabeza muy hacia atrás.
— Los humanos estamos acostumbrados a mirar mucho hacia el suelo de una manera muy triste, cuando en realidad, tenemos un mundo lleno de bellezas si miramos hacia arriba.
— No te lo niego, Anna — dije fotografiando el famoso monumento.
— ¿Subimos?
— Ni de coña, Olga. Le tengo pánico subirme ahí.
— Valeria, no te quiero dar una hostia. Pero eres una maldita azafata que no ha puesto pegas en ningún momento de las dos horas que hemos estado volando.
— Un avión me he dado cuenta que es diferente, esa cosa de ahí se puede caer en cualquier momento
— En fin, como prefieras. Anna, ya tendremos otro día para nosotras y subiremos a la torre Eiffel y a otros sitios altísimos—. Dijo Olga, levantándome las manos de una manera exagerada e intentando imitar mi tono de voz.
Fuimos en busca del hotel que posteriormente nos habían asignado por ser nuestro primer destino. Al llegar al sitio, era un edificio que a primera vista, era muy moderno y limpio, que era lo más importante. Al entrar, nos recibieron con una cálida bienvenida en la recepción del hotel, disponía de tres estrellas desde 2018.
— Viviendo la vida a lo grande, sí señor, Valeria, ¿estás viendo todo esto?
— La verdad es que es impresionante, me esperaba dormir en un albergue o algo por el estilo.
— Ni muerta— respondió Anna.
Entramos en la habitación y era muy aplicada, contenía una cama de matrimonio y un sofá cama, un baño muy bien equipado a la derecha nada más entrar, y un precioso balcón al lado de la cama. Sobre el colchón una pequeña nota escrita a mano, y se trataba de una letra que yo desconocía:
Queridas, que paséis vuestros días en París de la mejor manera posible, recargad pilas para el siguiente viaje que será dentro de dos días. Os esperamos con una gran sonrisa en el Lambda. Un abrazo muy fuerte
Ángela.
— ¡Que señora tan agradable, de verdad! No sabía nada de que nos había alquilado la habitación, creía que todo esto lo hacía la empresa— dijo Olga
— Ojalá sea así siempre que visitemos un lugar nuevo, pero de ilusiones se vive chicas.
Anna y Olga se quedaron investigando cómo funcionaba el modo jacuzzi en la grandiosa bañera. Mientras tanto, aproveché para estar un rato sola y asomarme a tomar el aire en la terraza. Era tan jodidamente preciosa la ciudad desde estas vistas, aquella belleza que tenía París era incalculable, siempre he querido cumplir los sueños que me he propuesto desde pequeña, y sabía que lo estaba consiguiendo. Mis ojos verdes y mi cabello rubio brillaban en aquel balcón de una manera increíble, era la forma más bonita de decirme la vida, que poco a poco, las metas se consiguen tras los grandes esfuerzos. Y en aquella tarde de diciembre, con el sol a punto de caer, empecé a pensar en aquello que nunca creí que haría. ¿Qué estaría haciendo Tyler en ese momento?
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Perdón por la gran pausa que he tenido durante más de dos semanas. Muchos me habéis estado preguntando si ese era el final de una primera parte. Y ósea NO NO NO AJJAJAJA, me moriría hasta yo si eso acabara así. Pero bueno, he vuelto, con las ideas mas aclaradas y con nuevas ideas para seguir adelante
PD: la venta en Amazon con Desenmascarando el pasado está siendo muy buena. Gracias por tanto <3
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Aquello que dejamos a medias
RomansaA día de hoy, entendemos perfectamente que las estrellas son pequeños destellos de luces que nacen en un precioso cielo nocturno. ¿Pero qué pasaría si dichas constelaciones fueran personas?, desde un amigo íntimo de la infancia a alguien completamen...