Capítulo 2

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- Tyler -


Londres siempre será esa bonita ciudad natal que llevaré en mi corazón hasta el fin de mis días, no quiero pensar en qué pasaría si nunca más podría volver a pisar estas hermosas calles que me tienen tan enamorado, es única, mi ciudad, mi casa...

- Va a ser la mejor opción guapo - dijo Emma acariciándome mi mejilla derecha - lleva años metiéndote miedo y amenazándote

- Lo sé - respondí confuso - tengo miedo de que me encuentre, enserio, mi vida ha sido desde hace un par de años una tortura inmensa por su culpa 

- No te va a encontrar, vas a estar en un sitio precioso - me sujeta mis manos para ver bien el destino de mi billete de vuelo - Roma es una ciudad con mucha historia y muy hermosa

- Hermosa eres tú

- Tyler no me seas capullo - se sonroja y me muestra en una dulce sonrisa sus dientes perfectos 

- Perdone, se me olvida algunas veces que el romanticismo no es lo suya señorita - hice un típico gesto de cortesía que se usaba hace como trescientos años 

- Te voy a echar mucho de menos guapo - me mira a mis ojos de color miel mientras el atardecer de Londres se esconde tras la torre del reloj

- Vas a perder el tren, Tyler

- Me preocupa más perderte a ti antes que un tren - suspiré acariciándole el cabello

Ambos salimos corriendo del apartamento de Emma para coger un taxi que me llevara directamente a la estación de tren de King Cross. Siempre me había hecho mucha ilusión entrar allí, Harry Potter se grabó precisamente en uno de los andenes que se encuentran en ese inmenso lugar, y me moría de ganas por conocerlo. Llegamos al lugar y pagamos el trayecto al taxista, Emma me acompañó hasta la puerta principal de dicho sitio, de los nervios que me estaban llenando el cuerpo, no tuve más remedio que aferrarme a aquello que me tranquilizaba: el tabaco

- ¿Hasta para despedirte de mí tienes que fumar?

- Sabes perfectamente que no es algo que haga por gusto o comodidad propia, Emma - exhalé humo apartando mi cara 

- Hay varias maneras de dejarlo, Tyler... - se cruzó de brazos - no sé que vas a hacer rodeado de italianos por allí sin mi

- Yo sí lo sé : comer lasaña, ver la estatua de David de Miguel Ángel y dormir, plan perfecto diría yo 

- Plan perfecto si te quedaras unos días... - susurró

La miré con una mirada llena de angustia, ella sabía lo que me dolía que dijera eso, no soportaba el hecho de tener que razonar que voy a estar más de... no sé... ¿un mes?, ¿dos?, no tenía  ni idea, pero quería que todo esto se acabara ya de una vez 

 - Tienes que entrar ya, no quiero que pierdas el viaje

- Tienes más ganas tú de que me vaya a yo a entrar en ese maldito tren - justifiqué tirando el cigarro del cabreo al suelo

- Tyler, por favor no te enfades, hacemos esto por un bien común entre nosotros dos - me abrazó inesperadamente - ¿te crees que no me afecta esto?, me ha costado mucho asimilarlo, pero pienso que va a ser algo esencial para que sigamos siendo felices y sin tú tener que huir y esconderte de nadie 

- Te voy a echar muchísimo de menos, Emma - le di un beso muy parecido al de una película romántica en la puerta de la estación mientras le sujetaba su rostro con mi mano derecha 

- Yo también te voy a echar mucho de menos calvo

- ¿¡Disculpa!? - dije con una carcajada - ¿no te gusto con el pelo rapado?

-  A ver, el pelo largo te quedaba un poco mal por así decirlo - dice Emma frotándome la cabeza - así estas como más masculino, muy militar por tu parte

- Eres un cielo, te quiero y siempre te querré, Emma

- Cómete el mundo por mí, Tyler, hazlo por mi 


Aquello que dejamos a mediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora