Ángeles & Demonios || Luzuplay ||

Pecado Número 37

✧ Orfanato del infierno ✧

Narra Auron:

No tengo muchos recuerdos de cuando era un humano, la mayoría son difusos, borrosos, no recuerdo a mis padres, desconozco si tenía hermanos o más familia, el primer recuerdo que tengo con claridad es estar encerrado en un orfanato.

Al contrario de lo que todos pensarían, en ese lugar no nos maltrataban, cuidaban de nosotros lo mejor que podían y trataban de enseñarnos cosas, por lo menos era así cuando eras un crío, si lograban conseguirte familia a esa edad entonces significaba que te habías salvado, pues si llegabas a la edad de 10 años y aún no tenías familia, entonces empezaba el infierno, conocías la verdad tras ese estúpido orfanato.

Una cachetada calló en mi mejilla, con tanta fuerza que logro hacer que me cayera en el piso, pronto puse una mano en mi mejilla ahora roja – ¿Eres estúpido? ¡Te he dicho que si no consigues dinero no te atrevas a poner ni un pie aquí! –

Trague en seco y trate de levantarme del suelo, cuando cumplas diez años los mayores te sacaban a la calle y te obligaban a conseguir dinero para el orfanato, diciendo que tenían que mantener muchos niños y nosotros como los más grandes teníamos que hacernos cargo, todo a pesar de que ellos recibían dinero del que era el gobierno en ese entonces.

– Lo intenté .. pero no pude conseguir nada, todos me ignoraron – Dije con un tono de voz bajo.

Los adultos rodaron los ojos – No los culpo, tan solo mírate, eres un niño horrible, apestas y llevas esas ropas viejas no eres merecedor de atención –

Baje la mirada – Yo... Ustedes no me han dejado ropa nueva o tomar un baño – Una vez más con un tono suave, cosa que molesto a los adultos.

Aquel comentario solo hizo enfadar a los humanos que estaban a cargo, tras recibir nuevamente una cachetada seguida de una patada, me dijeron que no era merecedor de recibir tales privilegios, por lo que solo volvieron a echarme, esa noche dormí en la calle por quita vez en la semana, mi vida hasta los doce fue así durmiendo en la calle, regresando al orfanato por un poco de comida acompañada de una nueva paliza por desaparecer tanto tiempo, constantemente miraba con enojo y envidia los tratos hacía los demás niños, a los pequeños me refiero, como eran merecedores de cariño, amor y hasta siendo escogidos por una familia y yéndose de mi infierno personal ¿Qué había hecho para merecer esto? ¿Solo .. crecer? Si era así entonces me iba a negar a crecer, tal vez así podría ser merecedor de amor. 

Y así pensé así durante un tiempo, hasta que cierta persona llego a mi vida, un chico de cabellos rizados, unos ojos verdes bastante grandes, de lentes y mi misma edad "Ismael" aquel chico que sería mi compañero de palizas, trabajo y mi confidente durante años, con él aprendí que los culpables de nuestra miserable vida no eran los pequeños niños del orfanato, si no que los adultos, me ayudo a calmar mis celos y envidia, me enseño a vivir la vida un poco mas en calma e incluso fijamos un futuro juntos, un sueño. 

- Cuando cumplamos 15 larguémonos de aquí - Dijo con emoción el de cabellos rizados.  

Al escuchar aquello sonreí y ladee la cabeza - ¿Enserio? ¿Cómo haremos eso? Nos buscarían enseguida y dudo mucho que podamos conseguir dinero - 

Pronto Ismael se hecho a reír como si el ya lo tuviera planeado todo - Nos iremos lejos, muy lejos, en un lugar en donde no nos encuentren y sobre el dinero bueno... en cualquier lugar podremos conseguirlo, tendremos 15 seremos unos adultos, seremos capaces de sobrevivir - Hizo una pausa para mirarme y con aquella emoción se señalo y continuo - Con mi inteligencia y tu astucia seremos imparables - Termino con una sonrisa.