Ángeles & Demonios || Luzuplay ||

Pecado Número 65

✧ El inicio ✧

Narrador Omnisciente:

Los días para Juan desde que Ari murió eran mucho más fríos, solitarios, casi como si la vida para él hubiera perdido color, tal vez nunca le correspondió, pero eso no significaba que no la amaba como persona, Ari era su mejor amiga, su confidente, su alma gemela, pensar que la perdió por enamorarse de alguien perdido solo hacia que se sintiera aún más culpable, estaba al borde de la autocompasión y el odiarse.

Desde que la chica murió, Juan no salio de su habitación, se encerró esperando el momento en el que la muerte decidiera llevárselo también y aún que este pensamiento fue cambiando con formé pasaban los días, él seguía sin salir, incluso si Auron llegó a buscarlo y pedirle que lo acompañará al territorio de Fargan, aún si Biyin trataba de animarlo, jamás salió y más que nada por qué pensaba que alguien tan débil que solo estorbaría en la pelea final, fue por esa razón que simplemente no quiso acompañar a sus amigos.

En uno de esos días en los que pensó que comer para no morir estaba bien, salió de aquella prisión que llamaba habitación y camino hasta el comedor del palacio, estaba hecho un desastre, sus ropas estaban desarregladas, tenía ojeras, ojos rojos, la barba le había crecido y el cabello enredado y desordenado, parecía un alma en pena, si Ari estuviera viva y lo viera así seguro lo regañaría.

El de gafas caminaba como podía, sin ninguna preocupación, pues pensaba que no se encontraría con nadie, todos se habían ido a pelear, todos menos él, pero en ese momento de oscuridad, se topó con alguien a quien  menos quería ver.

– Juan ¿Qué te pasó? – Comento cierto científico mientras lo miraba con los ojos abiertos de par en par.

El demonio miro al científico y un nudo comenzó a formarse en su garganta, sus ojos volvían a picar y su mente se quedaba en blanco, solo una palabra pudo salir de sus labios – Perdón – Palabra que repitió una y otra vez mientras perdía las fuerzas de sus piernas.

Zorman de inmediato entendió lo que sucedía, por lo que corrió a socorrer al chico – Juan, tienes que calmarte, te está dando un ataque –

La respiración del de lentes comenzaba a acelerarse y su corazón no paraba de palpitar con fuerza – Perdón Zorman ... Yo no –

El científico tomo a Juan y ayudó a que no cayera sobre el suelo, nada más lo sostuvo lo ayudó a sentarse en una de las sillas del comedor – Juan, imita mi respiración, calma, nadie te está culpando de nada – Dijo para después comenzar a respirar con lentitud, esperando que Juan lo imitará, cosa que funcionó, el de lentes comenzó a respirar con normalidad.

– Zorman.. por mi culpa Ari ... Ella murió .. por mi culpa – Dijo entre lágrimas y sollozos, Juan sabía mejor que nadie lo mucho que Zorman amaba a su hija, haciendo que se sintiera aún más culpable por lo sucedido.

El científico solo lo miro en silencio, era verdad que en un principio trato de buscar culpables y que incluso llegó a enojarse con el hechicero, pero con formé fue viviendo su duelo y aceptando la muerte de su pequeña hija, entendió que esto fue algo que ella decidió cuando observó el futuro, entendió que lo hizo por sus amigos, que lo hizo por cuenta propia, que nadie la obligó a nada, calmando un poco sus frustraciones y enojos.

– Si yo fuera más fuerte –

Zorman chasqueo la lengua – Si fueras más fuerte ¿Qué? ¿Hubieras salvado a Ari? Eso nadie lo puede saber, de nada sirve el lamentarse, jamás podrás cambiar el pasado ¡Tú deberías saberlo! El poder ver el pasado solo sirve para aprender de él, no para lamentarse, si sigues siendo un demonio lamentable no vas a poder salvar ni siquiera a los amigos que te quedan –