Ángeles & Demonios || Luzuplay ||

Plegaria Número 64

✧ Declaración de guerra ✧

Narrador Omnisciente:

El arcángel ve con furia como el portal se cerraba, su oportunidad se había esfumado, no solo Luzu y ese par de humanos se habían escapado al inframundo, si no que, con ellos llevaban el tan preciado rubí, aquel que le daba la ventaja, aquel con el que podría gobernar los tres reinos, en verdad quería asesinar a Auron allí y ahora, pero debía calmarse, no debía actuar por impulso, eso jamás funcionaba, en cambio, debía ser mas calmado, como si llevara la ventaja, por lo que cambio su mirada a una mas neutral, tranquila y miro al moreno con una gran sonrisa.

- Esta bien, quedamos empates por ahora - Dijo con una voz fría, propia de un demonio.

Auron alzo una ceja - ¿Empatados? ¿No sabes perder a caso? Esto es una clara victoria para... -

Staxx comenzó a reír, interrumpiéndolo - Para ambos - Dicho esto, un par de demonios llegaban hasta donde estaban esos dos, con ellos, llevaban un bulto un tanto extraño, que no lograron reconocer, hasta que estuvo frente a sus pies, el cadáver del octavo príncipe del inframundo estaba a sus pies ¿Los asesinos? Un par de demonios a los que alguna vez llegaron a considerar hermanos, demonios con los que compartieron parte de su infancia y sufrimiento.

Ahora el que miraba con furia y frustración todo este asunto era el mismo Auron, quien estaba a punto de saltar y atacar a Staxx, iba a acabar con esto de una vez por todas, iba a vengar a su hermano y amigo - Eres un .. - Dijo con la mano echa un puño.

Pero el golpe jamás llego, el primer príncipe se interpuso en el ataque - Auron, será mejor que dejes esa ira para después, ambos equipos estamos igual, tu robaste algo preciado y nosotros te quitamos algo a ti, no lo empeores y lárgate antes de que comencemos con la guerra aquí y ahora - Willy miraba a Auron con desdén, una mirada propia del albino.

- Eso es lo que mas quiero ahora - Dijo con los dientes apretados, la sangre le comenzaba a hervir, necesitaba liberar su enojo.

Pronto una nueva risa comenzó a escucharse, se trataba de la rubia - ¿En verdad quieres hacerlo? Acabas de mandar a tus refuerzos a casa, esa arcángel de ahí no puede ni moverse del shock - Dijo señalando a Nia - Ocho no pudo con nosotros dos ¿En verdad crees que tu podrás con tres? No me hagas reír -

Fue el turno de que Auron dejará salir una risa irónica - Ustedes están cansados, seguro usaron su magia, no son un problema para mi, puedo asesinarlos con un solo dedo, el problema será su líder, pero puedo vencerlo si me lo propongo -

Dicho esto, ambos demonios tomaron una postura de ataque, cayendo en las provocaciones del moreno, pero fueron detenidos antes de atacar - ¡Basta! El príncipe tiene razón, fue por eso que dije que esto es un empate, no importa, ganaremos la próxima vez, asegúrate de estar preparado y no deprimirte, antes de que los nuevos dioses nazcan, vendré a por el rubí ¿Entendido? - Fue entonces que ese grupo desapareció, les habían amenazado, era un reto que no iban a rechazar.

Auron suspiro, mirando finalmente a la pelirosa, Nia estaba destrozada, ella estuvo ausente de esta platica, su mente y sus sentidos estaban en el cuerpo inerte de quien fue su pareja, estaba enojada, llorando de impotencia, quería venganza, pero sus piernas no respondían, no tenía fuerzas suficientes para hacer lo que momentos antes hizo Auron, solo tenía fuerzas para estar al lado de Ocho.

El moreno la miro con tristeza, suspiro y acaricio la cabeza de la chica por un momento - Vamos a obtener venganza, lo prometo -

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El infierno volvía a estar frío, en silencio, la razón era sencilla, se celebraba un funeral, de nuevo habían perdido a un integrante importante, un buen elemento, compañero y amigo, muchos lloraban, otros simplemente tenían la cabeza baja y varios ardían en enojó, esta vez está perdida no hizo que los chicos se deprimieran como la última vez, no, esta vez querían armarse y prepararse para atacar.