"Sigo siendo el villano que te hace pecar y desear más."
El tiempo no es capaz de borrar el sentimiento que algún día existió pero sí es capaz de cambiar a las personas y convertirlas en aquello que algún día se negaron a ser.
El demonio hizo una p...
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"Ahora estoy mirando los ojos de una extraña, solo estoy intentando superarte."
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Volker.
Alemania.
Miro a través de la pantalla de mi oficina los cuerpos que yacen de algunos búlgaros y que me muestran que mi gente ha estado siguiendo mis órdenes.
Exterminando a la plaga que cree que puede joderme.
—Todo se ha hecho como lo pediste, Volky —la voz de Saskia en la oficina resuena—. Cada búlgaro dentro de Alemania está siendo exterminado.
—¿Es correcto? —la voz de Yerik se escucha también. Miro hacia donde se encuentra el rubio, está enlazado a través de una videollamada por lo cual su rostro se ve a través de una pantalla de tableta—. Quiero decir, hay gente inocente, no todos los búlgaros en Alemania quieren joderte, Volker.
—¿Crees que me importa? —pregunto de mala manera y tomando mi vaso con whisky.
—Hay inocentes entre gente que ya han exterminado —recalca el ruso.
—Inocentes o no, me importan una mierda —respondo poniéndome de pie—. ¿Tengo cara de hacer caridades?
—Le dije lo mismo —escucho a Saskia mientras sé que se dirige a Yerik—, pero recibí la misma respuesta.
—No hay necesidad de esto —prosigue Yerik—. Solo ordena que se ejecute a la gente que trabaja para Borka y ya.
—Las órdenes las doy yo —suelto con voz dura y girando a mirarlo de nuevo—. El día que tengas tu propio clan y que tengas a tu propia gente entonces haces con ellos lo que se te venga en gana, mientras tanto, hago lo que me place y si quiero ejecutar a todos los malditos búlgaros del mundo, entonces serán ejecutados.
El rubio solo guarda silencio con la quijada apretada.
—¿Algo más? —pregunto en su dirección y niega—. Entonces te contactaré después si lo necesito.
No dejo que diga más y termino la videollamada mientras apago la tableta para dejarla a un lado.
—En parte apruebo esto que haces, Volky —Saskia habla de nuevo rompiendo el silencio en la oficina—. Será una advertencia para Borka, el saber que estás exterminando a los búlgaros será una advertencia para él de que contigo no se juega.
—¿Crees que me interesa si lo apruebas o no? —pregunto con una ceja elevada en su dirección.
Traga saliva para después soltar un suspiro lento.
—Sé que no —responde.
Camino hasta mi silla giratoria detrás del escritorio, tomo asiento en esta y le doy un trago a mi vaso para después dejarlo sobre la superficie plana.
