"Es una locura, solo soy un tonto para ti, y puedo sentir el peligro, estoy deseando más de ti."
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Volker.
Mis ojos se detienen en Dakota quien se aleja, noto su reacción, traga saliva y la rabia en mi interior solo parece elevarse más cuando noto la reacción que da. ¿Qué? ¿Es que acaso protege a quien se atrevió a tocarla?
—Quiero nombres —ordeno, sus ojos verdes solo me miran, traga saliva con lentitud y aunque intenta pasar desapercibida, nada lo pasa para mí.
Sé que puedo conseguir la información por mí mismo, sé que con una sola llamada puedo tener toda la jodida información que requiero pero me niego a hacerlo porque quiero que sea ella quien hable, quiero escucharla decirlo, que salga de su jodida boca.
—¿Para qué? —pregunta—. Te prohíbo que hagas algo al respecto —intenta ordenar pero ya debería saber que hay cosas en las que nunca la complaceré—, porque al final la única que saldrá jodida soy yo, así que no te metas en esto, Volker.
Una sonrisa se pinta en mi rostro, no es una sonrisa buena, no lo es porque todo lo que invade mi cabeza es retorcido y oscuro.
Camino hasta la puerta de la habitación para salir de aquí.
—¿A dónde vas? —pregunta mientras mi mano envuelve la perilla de la puerta.
—Tengo trabajo —respondo mirándola sobre mi hombro.
—¿Trabajo? —pregunta, su voz se suaviza y deja el tono defensivo a un lado—. ¿Por qué no te quedas aquí conmigo?
Giro a mirarla, ha tomado asiento en la orilla de la cama, me mira, sus ojos verdes parecen emitir suplica y aunque pretenda no hacerlo, la conozco para saber cuando intenta seducirme para conseguir lo que quiere, tal como ahora que intenta mirarme suplicante y coqueta al mismo tiempo.
Miro el reloj en mi muñeca. Abro la puerta y salgo de aquí.
—¡Volker! —la escucho gritar molesta pero solo cierro la puerta.
Por mucho que quiera quedarme tengo cosas de las cuales encargarme, más tarde podré estar con ella así que tengo que huir antes de que se encargue de convencerme.
Saco mi celular y comienzo a mandar algunos mensajes mientras bajo las escaleras para ir a mi oficina. Entro a esta y camino hasta mi silla, en cuanto tomo asiento la puerta se abre y por esta entra Yerik.
—Manda a Saskia al casino —ordeno sin siquiera darle la oportunidad de que tome asiento frente a mí. Sus ojos me miran, la sorpresa le inunda el rostro mientras parece procesar lo que he dicho.
—¿Qué? —pregunta, noto como su voz deja al descubierto aquel tinte de duda.
—Que mandes a Saskia al casino —repito—. A partir de hoy deja de ser la jefa de seguridad y su lugar es ocupado por Strabao.
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PRÓFUGO
Random"Sigo siendo el villano que te hace pecar y desear más." El tiempo no es capaz de borrar el sentimiento que algún día existió pero sí es capaz de cambiar a las personas y convertirlas en aquello que algún día se negaron a ser. El demonio hizo una p...