"Todo lo que teníamos se ha ido."
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Flashback.
Narrador omnisciente.
Miami.
—Tengo un regalo para ti, campeón —Donovan Diekmann se acerca a su hijo quien únicamente se encuentra en la sala de música que hay en la mansión de los Diekmann.
Volker Diekmann se encuentra tocando el piano, sentado en el banquillo frente a aquel lujoso piano de cola, sus dedos se mueven con destreza sobre las elegantes teclas blancas, la melodía que toca es suave y lenta.
Donovan lo único que hace es detenerse frente a él, mira como su heredero toca con concentración y como se encuentra perdido en la melodía.
Donovan no puede privarse de mirar a su hijo. A sus quince años ya es completamente un adolescente que impone, su mirada oscura, fría y tenebrosa logra acaparar la atención de quien sea. La mandíbula definida, las facciones marcadas, la expresión seria, fría y dura no pasa desapercibida.
Si bien, Donovan es consciente de que su hijo tiene ciertos rasgos que comparte con su madre, pues a pesar de todo, Donovan logra admitir que su ex esposa es bella y aunque no quiera, Volker ha heredado aquellas facciones deslumbrantes de su madre, aquellas facciones que pueden hacerlo lucir como un ángel pero que son solo la fachada del demonio que hay debajo.
Como todos los Diekmann.
Con tan solo quince años Volker ya logra hacerse mirar, logra que toda la atención se centre en él. Únicamente en él.
La mirada oscura, la piel canela, las facciones duras y la seriedad junto a la elegancia que lo acompañan son una perfecta combinación de Amaris y Donovan.
La melodía termina, Volker deja de tocar de manera lenta hasta que finalmente la última nota llega y con esto se hace presente también el silencio.
Volker levanta lentamente la mirada hasta que sus ojos coinciden con los ojos de su padre. Se endereza en su asiento y solo espera a que Donovan hable.
—Tengo un regalo para ti —habla Donovan con una sonrisa pintándose en sus labios—. Ven conmigo.
Donovan comienza a caminar hacia la salida del salón de música, sus pasos resuenan y solo mira sobre su hombro esperando a que Volker lo siga. Gira a mirar al adolescente que continúa sentado.
Volker sigue mirándolo haciendo que Donovan lo mire ahora con seriedad, una mirada fría es mandada hacia Volker quien finalmente y de mala manera se pone de pie comenzando a caminar hacia él.
Donovan retoma su camino, su hijo camina detrás de él con las manos en los bolsillos, la cara en alto y una mirada fría.
Salen de la mansión, un auto los espera y ambos suben a los asientos traseros mientras el chofer detrás del volante comienza a conducir hacia la dirección que ya tenía previamente establecida.
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PRÓFUGO
Random"Sigo siendo el villano que te hace pecar y desear más." El tiempo no es capaz de borrar el sentimiento que algún día existió pero sí es capaz de cambiar a las personas y convertirlas en aquello que algún día se negaron a ser. El demonio hizo una p...