Capítulo 32

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"Estoy seguro de que este mundo ya tuvo suficiente de mí

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"Estoy seguro de que este mundo ya tuvo suficiente de mí."

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Steven Davis.

Miro el cielo de Miami, el sol se cuela en cada mínimo espacio, las familias caminan felices de un lado a otro. Coloco mis lentes negros en los ojos mientras sigo conduciendo mi Ferrari.

Me adentro por la carretera central, misma que guía hasta la base de la OMPC.

El camino hasta la central madre es largo y cuando comienzo a alejarme del centro de la ciudad es cuando los autos civiles comienzan a desaparecer, la central de la OMPC está a las orillas de Miami, lejos del centro y apartado del resto de la civilización, no es nada nuevo que durante el trayecto a esta la carretera esté desierta.

La música resuena a través de la radio y aprieto más el acelerador haciendo que el auto se deslice con más velocidad. La adrenalina corre y solo mantengo la vista fija en la carretera desierta mientras sigo acelerando.

Comienzo a manipular la pantalla digital en el tablero y la música baja volumen cuando marco el número de Dakota. El hecho de que esté en altavoz hace que los tonos de llamada resuenen a todo mi alrededor.

Un tono.

Dos tonos.

Tres tonos.

La llamada entra a buzón directamente. Cuelgo e intento de nuevo marcando de nuevo el número de Dakota, pero, el resultado es el mismo. Dejo de insistir y coloco de nuevo la música que de inmediato resuena en el auto.

Acelero de nuevo y vuelvo a concentrarme en la carretera, no presto atención a nada más y sigo conduciendo hacia la central de la OMPC.

La misión de Turquía está haciendo que todos andemos de un lado a otro, se sabe ya lo que algunos de los escuadrones haremos dentro de la misión, así como se comienzan a armar los personajes que cada uno de nosotros hará dentro de la fiesta en donde se planea atrapar a Hiram.

Sigo conduciendo, aprieto aún más el acelerador viendo como todo a mis costados pasa con rapidez ante la velocidad que llevo encima.

Me dejo llevar por la adrenalina que se apodera de cada centímetro de mí. 

Mi vista sigue fija en la carretera pero es solo de un segundo a otro cuando un enorme impacto ocasiona que el carro comience a dar vueltas, mi frente pega de golpe con el volante y el dolor que emana ese punto hace que todo mi cuerpo comience a cosquillear, puedo oler el propio aroma de mi sangre y puedo sentir como mi frente escurre en sangre mientras el auto sigue dando vueltas que ocasionan que mis ojos se cierren con fuerza.

Me sostengo con fuerza del volante y un impacto más golpea mi auto haciendo que mi cabeza golpee contra el cristal de la ventanilla a mi lado, siento como los fragmentos de cristal se impregnan en mi piel. Mis oídos comienzan a zumbar y lo único que me mantiene en mi asiento es el cinturón de seguridad.

PRÓFUGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora