"Que alguien la calme, me está poniendo nerviosa."
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Esmeralda Velikova.
Camino con la mirada al frente, sin enfocarme o siquiera mirar a las personas que me rodean, todos yendo de un lado a otro. La central de la OMPC está hecha un caos, el revuelo no deja de ir y venir, los soldados se mueven de un lado a otro, enfocándose en las misiones que más importancia tienen ahora mismo, más después de lo último ocurrido en Miami, con el Don, con Dakota y con mi marido.
Me tiene sin importancia todo lo que las personas a mi alrededor hablan, no me importa lo preocupados que están. Los escuadrones solo se enfocan en tener un maldito trabajo que hacer así como yo solo me enfoco en lo mío, en lo que realmente importa.
Mis pies se detienen de un solo movimiento, mis pasos se frenan y mis ojos van hasta la mujer a la distancia, en el instante en que la miro siento como toda la rabia en mi interior se enciende, como todo de mí amenaza con explotar. Puedo sentir como una de mis manos se dirige hasta el arma en su funda, cierro la mano en esta pero lucho con todas mis fuerzas por no sacar el arma, apuntarla a esa maldita hija de perra y terminar con ella. ¡Estaría ahorrándome tanto trabajo si le clavase ya una maldita bala en el entrecejo para mandarla tres metros bajo tierra!
Comienzo a plantearme la idea de sugerirle a Borka que terminemos ya con ella. Comienzo a idear la manera de poder terminar con ella desde aquí, desde el interior de la OMPC. Podría hacerlo, colarme en su habitación mientras duerme y cortarle la garganta. Envenenarle la comida. Entrenar a su maldita perra para que sea ella misma quien la ataque y termine con la agente. Hay tantas maneras en las que podría terminar con ella desde el interior pero sé que Borka no va a permitirlo, quiere hacerla sufrir, quiere tenerla en su poder, doblegarla y hacerla desear no haber nacido, no me dejará terminar con ella tan fácil aún cuando esa es la mejor opción porque viva solo entorpece nuestros planes.
Matarla dentro de la OMPC es la opción más viable y fácil porque afuera, en el campo de guerra, esa maldita arpía es intocable.
Mis ojos siguen sobre Dakota Kingston a la distancia.
Odio a esa hija de perra. ¡La odio, maldita sea! Odio que todo le salga bien, odio que las cosas siempre parecen inclinarse de su lado.
La miro a la distancia, ajena a todo mientras golpea un saco de boxeo, rabiosa y alterada. Mis puños se aprietan cuando miro a un hombre mirarla a la distancia: Steven Davis. La maldita perra es tan astuta que tiene de su lado al mejor detective y futuro comandante de la central porque se sabe que el poder y la astucia de Steven son un pilar fundamental en esta organización.
Miro a Dakota de nuevo, la rabia me altera el sistema entero, odio lo malditamente intocable que es, lo ha sido siempre. Antes de su exilio eran sus padres quienes te hacían pensarlo dos veces antes de ponerle un solo dedo encima, ahora, ahora las cosas han cambiado porque ponerle un solo dedo encima a esa perra traicionera es echarte encima a Volker Diekmann y a Steven Davis, para ellos Dakota es intocable.
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PRÓFUGO
De Todo"Sigo siendo el villano que te hace pecar y desear más." El tiempo no es capaz de borrar el sentimiento que algún día existió pero sí es capaz de cambiar a las personas y convertirlas en aquello que algún día se negaron a ser. El demonio hizo una p...