"Sigo siendo el villano que te hace pecar y desear más."
El tiempo no es capaz de borrar el sentimiento que algún día existió pero sí es capaz de cambiar a las personas y convertirlas en aquello que algún día se negaron a ser.
El demonio hizo una p...
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"Te puse en la cima, te puse en la cima. Te reclamé tan orgulloso y abiertamente y cuando los tiempos eran difíciles, cuando eran difíciles me aseguré de tenerte cerca de mí."
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Volker.
El trago baja amargo por mi garganta mientras mis ojos se mantienen en cualquier maldito punto de la habitación donde estoy.
—Entonces... —la mujer en la habitación habla pero ni así giro a mirarla.
Escucho como carraspea mientras bebo más whisky de mi vaso.
—¿Hablaste con ella? —pregunta.
Mi cuerpo se tensa, siento como mi quijada se aprieta y por alguna razón todo parece querer estallar en mí.
—No —respondo entre dientes.
—¿Por qué? —pregunta de nuevo. Su voz es neutral y tranquila, ¿cómo mierdas puede estar tan jodidamente tranquila?
—Prefirió besar a otro hombre antes que ir conmigo —respondo.
Levanto la mirada lentamente hasta que mis ojos caen en la mujer sentada frente a mí.
—¿Qué hiciste cuando la viste con ese otro hombre? —el cuerpo se me tensa de pies a cabeza.
—Me fui —aprieto uno de mis puños.
—¿Por qué? —pregunta.
—Ella besó a Steven Davis en mi puta cara —suelto entre dientes, la rabia me invade de nuevo mientras me pongo de pie y voy hasta el mini bar en donde sirvo más whisky en mi vaso para beberlo.
Llevo la mirada hasta Kendall Martin quien solo me mira también, acomoda sus gafas y deja de mirarme para hacer unas anotaciones en su estúpida libreta.
—Eso no es un impedimento para que hables con ella, Volker —no dejo de mirarla, levanta la cara y me mira también de nuevo—. ¿La has vuelto a buscar?
—¿Para qué? —pregunto—. ¿Para que como siempre elija al resto antes que a mí?¿Para que siga restregándome en la puta cara que siempre hay alguien más antes que yo?
—¿Recuerdas lo que hablamos de los patrones? —pregunta con calma—. Ella no es Amaris.
—¡No es Amaris pero hace las mismas mierdas que ella! —suelto furioso, la respiración se me altera y siento que todo el mundo se viene encima—. ¡Cada que la veo, cada que intento decirle algo solo la veo a ella! —la doctora Martin me mira paciente desde su lugar—. ¡Cada que intento hacer algo al respecto hace algo que me hace mandarla a la mierda de nuevo!
Asiente con la cabeza y con lentitud.
—Es entendible, Volker —habla—. Después de todo lo que pasó y ha pasado es entendible que tengas miedo de bajar tus barreras de nuevo.
