El legado de la Mafia (Mafia Marshall V)

Capítulo 31

Y llegamos a Nueva York. Luego de casi 6 años desde la ultima vez que estuve aquí. La ciudad de los Marshall. Aquí es dónde nuestro legado inició. 

Fuimos directamente al cementerio, aquel dónde todo miembro de nuestro clan descansa. Juntos. Supongo que así en la vida, como en la muerte. 

Atlas decidió esperarme en una cafetería que estaba cruzando la calle, ya que según él no quería interrumpir el momento familiar, dado que es un extraño para todos. Quise replicar, pero fue bastante insistente, así que decidí no forzarlo. 

Además, prefería presentarlo en otro contexto, y no justo cuando estamos por enterrar a mi tío. 

La ceremonia fue tranquila y muy bonita, solo para los más cercanos.

El ambiente estaba cargado de nostalgia y buenos recuerdos, pero no angustia, sino de la dicha de haber formado parte de su vida. Así que en lugar de pronunciar esas palabras estúpidas y forzadas, elegimos contar anécdotas y reírnos, pensando con todo el amor que le tuvimos. Conociéndolo realmente estaría muy molesto de que estemos triste por él. No le gustaba que la gente le tuviera ese sentimientos, no cuando según él fue muy bendecido pese a todo lo que hizo.

Distingo a mis hermanos entre las personas que están. Por un lado veo a Novak, junto a Amir, con sus manos entrelazadas como siempre. Junto a ellos están Kirian y Ludo, ella con una mano en su panza que sobresale y la otra rodeando el brazo de mi hermano, quien apoya su otra mano encima de la de su novia. Kai está con su brazo encima de los hombros de Liu, que están al frente, junto a nuestros padres. Anya está entre los brazos de papá, con sus ojos llorosos.

A unos cuantos metros de distancia, bastante alejada, pero a la vez cerca, distingo a Arwen. Lleva unos enormes lentes negros, y su expresión neutra que no refleja nada, por lo que me cuesta descifrar como se siente al respecto. Pero considerando que nadie la puede obligar a nada, y que no es de las personas que hace las cosas por compromiso, eso implica que quiere estar aquí. Cass tiene su brazo encima de sus hombros, mientras su mentón lo apoya en la coronilla de su cabeza. Él siempre ha sido su sostén, en cualquier situación.

Cuando se termina la ceremonia, y emprendemos camino para ir a la casa dónde será el servicio, como si hubiéramos pesando lo mismo, nos quedamos solos.

Los cinco nos acercamos y nos unimos en un abrazo grupal, aferrándonos con fuerza entre nosotros. Y al percibir su calor, la calidez y el aroma que emanan a familiaridad, me hace sentir completo y seguro.

Cómo extrañaba a mis hermanos.

Al apartarnos, nos miramos con tristeza, pero aún así nos dedicamos unas sonrisas suaves, por la felicidad de volver a estar juntos.

- Oigan, a ver si empezamos a vernos más seguido. - comenta Kai. - No podemos vernos solo cuando hay bodas o funerales.

- Pues, una vez al mes podíamos hacer una juntada de hermanos. - acota Astor. - Nos vamos a alguna ciudad, y nos la pasamos de puta madre.

- Apenas estás pisando los 30, nosotros ya estamos cerca de los 40. - menciona Kai. - Estamos viejo para eso.

- Además de casados y con hijos. - agrega Kirian con ese semblante suyo tan sereno.

- Esto de tener hermanos viejos es una mierda. - resopla el menor.

- ¡Ey, atrevido! - protestamos los cuatro.

- ¡Ven! ¡Ya suenan como unos ancianos!

Novak y Kai le dan un manotazo en la cabeza, a lo que Astor lanza un quejido. Reímos.

- Respeta niño. - dice Kai.

Siento la mirada de Novak sobre mi, por lo que lo miro. Él me observa algo serio, por lo que noto que intenta decirme algo. Hace un movimiento hacia adelante con el mentón, señalando algo. Giro mi cabeza, y ahí lo comprendo.