Luego de nuestro entrenamiento matutino, con Atlas nos duchamos juntos. Y en todo ese tiempo yo he tenido en mente una sola cosa. El viaje. En especial algo que no deja de ronda en mi cabeza, que creo que Atlas aún no ha pensado en ello, aunque me extrañaría que no fuera así dado que fue su idea, aun así necesito decirlo.
Al salir del baño, veo que él ya está en ropa interior, a punto de comenzar a vestirse.
- Atlas... - lo llamo. Él posa su atención en mí. - Me acabo de acordar una cosa, con respecto a lo del viaje. Y creo que hay un inconveniente con todo esto.
- ¿A qué te refieres? - pregunta confundido.
- ¿Tú crees que tus sombras protectoras te dejaran viajar? Porque cuando fuimos a Nueva York les dijiste que ibas a una reunión con el clan completo, pero ¿ahora?. Digo, no conozco a tú padre...
- Afortunadamente... - menciona en un susurro.
- Pero estoy casi seguro de que ese lugar debe estar prohibido para cualquiera de su clan. - finalizo.
Lanza un suspiro pesado. - Y no te equivocas. - habla tajante. - Mierda. No pensé en eso. - se queja enojado. - No me dejaran marcharme solo contigo, de eso no tengo dudas.
- ¿Y qué hay de tú hermana? - inquiero. - ¿No crees que ella podría cubrirte? Solo serán unos días.
Hace una mueca. - No. Suni es muy... estricta. Además de sobreprotectora. - responde. - Hará que si o si al menos cinco personas me acompañen.
- ¿Al menos cinco? - digo levantando una ceja.
Ríe sin ganas. - Si, así es ella. - queda pensativo. - Pero... - comienza a decir y me mira con una enorme sonrisa pícara. - Conozco a alguien que si puede cubrirme...
*****
- Ni lo sueñes. - sentencia el menor de los hermanos Hyun, cruzado de brazos, sentando en el sofá de la sala. Con Atlas estamos parados enfrente suyo. - Se llegan a dar cuenta y me van a despellejar, para luego hacer alfombras con mi piel. Papá incluso se hará unas botas, para así poder pisarme cada vez que le dé en gana. Se que ganas no le falta.
Atlas pone los ojos en blanco. - No seas dramático, Jun.
Lo apunta con el dedo. - Sabes bien que es cierto. - dice tajante. - Suni me va a acusar de verle la cara de idiota. Quisiera conservar la dignidad y no orinarme encima como si fuera un bebé cuando me mire con esos ojos en llamas.
- No me hagas usar el chantaje. - sentencia su hermano.
- Quisiera verte intentarlo. - habla provocativo el menor.
- No volveré a hablarte nunca más en la vida.
- ¿Qué más da? ¡Estaré muerto de todos modos si se enteran!
- ¡Ese es el punto Jun! ¡No se van a enterar! - exclama Atlas. - ¡Porque lo haremos bien! No seas un maldito bebé llorón.
- ¿¡Bebé llorón!? - se para Jun con ímpetu.
Y hasta ahí llegó mi participación en la discusión, cuando los dos hermanos empiezan a pelearse en coreano. Creo que nunca en mi vida estuve tan confundido como ahora.
- Oigan, oigan... - los detengo poniéndome entre ellos, separándolos. - ¿Podemos volver a traducir la conversación a un idioma que entendamos los tres?
- Eres un mal hermano.
- Tú eres un mal hermano si me quieres lanzar a los leones encima, o peor ¡A SUNI!.
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El legado de la Mafia (Mafia Marshall V)
Romance*SPOILERS "HIJO DE LA MAFIA"* Izan Marshall ha tocado fondo, luego de perder aquello que más quería. Con el corazón roto y desmotivado cree que nada más volverá a producirle alguna clase de emoción, hasta que entra en su vida Atlas Hyun, el heredero...