Capítulo 50

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Asi que reunimos al clan Marshall por completo, y todos nos dirigimos a Seúl, la capital de Corea de Sur.

Claro que antes trazamos un plan para cuando llegáramos allí. Por suerte Novak, que siempre es la mente maestra detrás de todos los planes, ya tenía algo en mente. Y Jun no se quedaba atrás, que al ser su país, y su ciudad, eso nos facilitó mucho las cosas. 

El menor de los Hyun consiguió un enorme lugar, bien alejado de la ciudad, para que nos quedáramos ahí entre tanto esperábamos en momento oportuno para unirnos al subclan que formaron Suni y su prometido. Jun incluso se las arreglo para que sus amigos, que trabajan en la residencia del clan (dónde el también lo hacía), le hagan llegar un mensaje a alguno de sus hermanos para hacerles saber que estábamos aquí, y que contaran con nosotros.

Y la respuesta no tardo en llegar...

Jun esta enseñándonos con un mapa cada habitación, rincón, escondite y recoveco de la residencia Hyun, cuando el sonido de unos vehículos acercarse nos interrumpe.

Unas camionetas negras se adentran en el galpón, y se detienen. Las puertas se abren, y bajan una gran cantidad de personas, que van vestidas de negro. Todos son hombres, a excepción de una, que distingo al frente a la hermana de Atlas, junto a su prometido. 

El corazón me da un vuelco al no verlo. 

Suni y Jiho se encaminan hacia nosotros, hasta que quedamos de frente, a unos pocos centímetros. 

¿Por qué no está Altas con ellos? 

- Tranquilo, viene con la otra mitad del clan 2.0. - responde ella la pregunta que no dejaba de rondar por mi mente. - Vinimos en dos tandas para no llamar mucho la atención. 

- Voy a matarlo. - sentencio firme, pero un poco más tranquilo de saber que no le sucedió nada malo. 

- Únete al club. - Suni se queda observándome en silencio por un momento, pareciera que intenta decirme algo, por lo que otra vez siento un nudo en el pecho. 

- ¿Qué? ¿Le sucedió algo? - pregunto con temor. 

- No, no. - responde. Vuelve a quedarse en silencio. - En verdad lamento lo de aquel día. Sé que no soy la persona más amable del mundo, pero tampoco soy así de cruel. - hace una pausa. - O al menos lo intento. 

- Jun ya me explico que fue todo idea de Atlas. - digo. - Es con él con quien voy a practicar tiro al blanco. 

Suni le dedica una mirada fulminante a su hermano. - Así que de eso iba todo el numerito que montaste. Casi nos matas de un infarto. - dice firme. - Atlas te ordeno que te largaras de aquí. - agrega tajante.  

- No iba a seguir escondiéndome mientras él continuaba sacrificando todo, y arruinando su vida en el proceso. - sentencia molesto. - Era mi turno de cuidar de Atlas. - hace una pausa. - Él siempre se sacrifica por todos, y se pone delante como si fuera un maldito escudo humano. Ahora nos toca a nosotros ponernos al frente. 

- Y lo haremos. - afirma Suni, sin una pizca de duda. 

La conversación es interrumpida cuando vemos otra tanda de autos acercarse. 

- Ya están aquí. - susurra Suni, y noto cierto alivio en sus palabras. 

Se detienen en la entrada, y bajan más hombres. Y el corazón se me acelera al encontrar su rostro entre todos los demás. Está con su semblante serio, pero cuando su mirada se cruza con la mía, se le forma una sonrisa automática. 

Tengo mis pies clavados al piso, no consigo que mi cuerpo reaccione. 

Siento una mezcla de emociones en mi interior, muy contradictorias. Porque durante todo este mes he odiado a Atlas, con todo mi corazón. Lo he odiado con la misma intensidad con la que lo amé. Deseaba tanto tenerlo de frente para poder golpearlo, sin embargo siempre anhelaba más besarlo. 

El legado de la Mafia (Mafia Marshall V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora